Tenemos por delante interesantes e importantes Ferias Taurinas en el Calendario Taurino Venezolano, en las que indudablemente se aspira y se espera, sean lidiados encierros de toros con edad y peso reglamentario, bravos, con estampa y trapío, no novillos disfrazados de toros, a los que los toreros les hacen asco, no ligan una buena faena y el aficionado taurino, el que se retrata en la taquilla, no disfruta de una buena corrida de toros.

Ojalá, en la Feria en Honor a Nuestra Señora Virgen de La Consolación en Táriba, Estado Táchira, en la Feria en Honor a Nuestra Señora Virgen de Regla en Tovar, Estado Mérida,  en la Feria en Honor a Nuestra Señora Virgen del Socorro en Valencia, EStado Carabobo, en la Feria en Honor a Nuestra Señora Virgen de Chiquinquirá "La Chinita" en Maracaibo, Estado Zulia y en otras del interior venezolano, se vea al fin, al toro bravo.

Vamos tras el toro bravo.

No hay duda de ello, vamos hacia el rescate del toro, con presencia, con trapío, con bravura, con estampa, ese toro que no vemos en nuestras Plazas de Toros desde hace años y en ello, tienen elevada cuota de responsabilidad, las Comisiones Taurinas Municipales, los Ganaderos, los Empresarios, estos últimos que muchas de las veces, por pichirreces de bolsillo, compran encierros de desecho para ahorrarse un dinero y con su mal proceder, embarran la Fiesta Brava.

El toro es la esencia de la Fiesta Brava y en Venezuela, hay que rescatar al toro bravo, ya basta de novillitos engordados y disfrazados de toro, ya basta de pichirrez en los Empresarios y de lo especulativo en la venta del toro por parte de los Ganaderos.

Vamos tras el toro bravo, claro que sí, que se desechen los novillos toros en las grandes Ferias Taurinas Venezolanas, nuestra Fiesta Brava se fomenta, se mantiene, se preserva, se defiende y para engrandecerla más, es necesario que el Rey de La Fiesta sea el verdadero Rey, no hilachos de toro.

Cuestión de principios, de moral, seriedad y responsabilidad en nuestra Fiesta Brava.