“El público es a la plaza,
lo que el amante a la amada:
Si falta él a la cita,
ella quedará desconsolada”
A pocas semanas para que se inicie la Feria Taurina del Señor de los Milagros, la principal preocupación de la empresa es como llenar los tendidos de Acho. Las dos últimas veces que la plaza se vio colmada de público fue cuando debutó “El Juli” en 1998 y cuando asistió el Rey de España como espectador, hace tres años. Desgraciadamente, en estos momentos no existe una figura torera que tenga la convocatoria que tuvo en sus inicios el diestro madrileño, ni el Rey de España está disponible para repetir la visita.
¿Qué debería hacer entonces la empresa? Analizar el por qué se aleja el espectador para, en la medida de lo posible, eliminar las causas y crear mayores incentivos para que regrese a los tendidos. Aquí algunas reflexiones y opinión al respecto:
Una de las causas, aunque la empresa diga que no, es el precio de las entradas. Pero para la presente temporada es demasiado tarde reestructurar los precios con un criterio comercial diferente al ya establecido. Lo que sí se puede hacer es crear incentivos para animar a los aficionados a asistir acompañado de familiares y amigos. El premio a los abonados creado por la empresa está en esa línea y podría ampliarse obsequiándole una entrada al espectador que compre cinco (o seis) para una sola corrida.
Apresurarse en cerrar los carteles de la feria lo antes posible.
Recuperar la confianza del aficionado en relación con el ganado a presentarse. Un buen paso es cumplir con el ofrecimiento de permitir a todos los medios de comunicación (sin discriminación alguna) fotografiar y filmar los toros de la feria antes que termine el mes de setiembre, para que el público pueda ver lo que saldrá de chiqueros.
Cumplir con brindar el espectáculo anunciado presentando reses con edad, presencia y pitones.
Extremar las medidas de control en el examen post mortem de los toros encargándolas al Laboratorio de la Escuela Veterinaria del Perú y despejar así cualquier sospecha de astas manipuladas.
No provocar las iras del respetable forzando indultos o vueltas al ruedo al toro, que el público no haya solicitado.
Retirar la baranda que hoy ocupa la fila que antes estaba destinada a los periodistas y divide a la plaza en “los de arriba” y “los de abajo”. Con ello se economizaría el gasto que representa el pago del personal encargado de vigilarla para que ningún aficionado del tendido alto la cruce y pretenda una mejor ubicación en uno de los asientos que han quedado desiertos en filas inferiores. Aunque no se hable de ello, este sistema de reacomodo ha existido desde siempre en Acho y jamás se ha suscitado problema alguno por ello. La presencia de la baranda ha restado público en los tendidos.
Evitar el maltrato a la prensa independiente que la empresa ve como enemigo por el simple hecho de ejercitar su derecho de opinión. Un gesto amable sería invitar a todos los periodistas de medios conocidos y a los miembros del Circulo de Periodistas Taurinos del Perú (no son más de 28) a participar de la fiesta brindándoles las credenciales correspondientes y las facilidades para que con sus fotógrafos realicen su labor informativa no sólo asistiendo a las corridas sino también a los eventos de control previos y posteriores de cada festejo, como son el sorteo, el reconocimiento de reses, etc.
Sería un gran paso también el que las credenciales que se entreguen a los periodistas sean con locación del asiento pues el carné de ingreso que se les ha venido entregando en las últimas temporadas no la tiene -como si de vendedores ambulantes se tratara- y hiere la dignidad de quien la recibe.
Teniendo en consideración la afición taurina de nuestros compatriotas de provincias, sería interesante estudiar la posibilidad de incentivar su mayor presencia en Acho programando, antes de cada corrida, un breve espectáculo de canciones y danzas de diferentes regiones del Perú que se montarían en coordinación con los clubes departamentales respectivos. Es un hecho que para la alternativa de Juan Carlos Cubas habrán de venir muchos huancaínos a alentar a su paisano y si antes de la corrida se celebra el acontecimiento con un espectáculo de huaylas será un atractivo no sólo regional sino turístico, adicional. Cada una de las otras cuatro corridas podrían estar precedidas con bailes de Cusco, Puno, Trujillo y Ancash.
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La afición taurina es una suma de individualidades con opiniones y forma de ver la fiesta diferente, la más de las veces discrepantes. En esto reside su fortaleza frente a quienes intentan dañarla o destruirla.