No, en esta ocasión no me referiré a la noticia del "casi inminente derrumbe" de la plaza de toros de Irapuato, que ya está corriendo como pólvora y que ha caído como balde de agua fría para el gran público taurino. En su momento y tras mayor información, así como un análisis concienzudo podré escribir un artículo sobre el demoledor hecho.
En este escrito me referiré sobre el terrible extravío que tiene Mario Aguilar, desde su última presentación en Madrid como novillero, y de la cual no ha podido remontar. Estuvo mal en ese momento, y así entre azul y buenas noches le hemos visto en su alternativa, en su confirmación en la Monumental México, y en su repetición.

Mario Aguilar... la distancia es el olvido
Aún no logramos entender que le hace falta a esta joven promesa, la que hace un par de años hiciera una de las más bellas faenas que como novillero hemos visto en la Plaza México, con un extraordinario novillo de San Martín, de don José Chafik Hamdan Amad.
¿En dónde quedó aquel prometedor novillero?
Lamentablemente no sabemos.
Sí, lamentablemente, porque Mario que pertenece al proyecto Tauromagia, ha tenido un apoyo sin tasa ni medida, un proyecto ideado y dirigido por el brillante abogado Julio Esponda, y que ha dado buenos toreros, pero que todavía hace falta que conmuevan y desquicien al gran público.
Aunque lo más lamentable en la historia de Mario Aguilar, está que, en el redondel se ve en la absoluta indefensión, sin saber como poder extraer una faena luminosa al toro bueno, y sin saber también como dominar al toro complicado.
¡Vaya encrucijada!
No saber cómo resolver el problema inmediato, y caer en la asfixiante medianía, teniendo cualidades y un respaldo del tamaño del mundo.
¿Qué futuro cercano tendrá Mario Aguilar?
Aún me resulta incierto poderlo comentar, por la situación que prevalece en él, como si todavía no tuviera definidas sus metas ni objetivos.
Es deseable, y ojalá sea pronto, retome la dirección de su vida taurina, porque posee argumentos y un sólido respaldo en la persona del entusiasta Julio Esponda.
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* Gráfica del maestro Juan Ángel Sainos