Pocas veces ha habido tal cúmulo de felicitaciones a una empresa por organizar un cartel. El Domingo de Ramos, en Las Ventas, la empresa que gestiona la plaza ha decidido que hagan el paseíllo tres toreros. Poco original se dirá más de uno, siempre, o casi, lo hacen tres espadas; sí, pero en esta ocasión esos diestros son del gusto de la afición de Madrid. Esa es la novedad.
Los tres con posibilidades de hacer vibrar a la afición
También habrá otros que puedan decir que se arma más revuelo cuando los acartelados son mucho más conocidos, más figuras. Eso es cierto, pero también es cierto que cuentan con el arropamiento de la parte mediática, así como con toda la propaganda que sus nombres arrastran. El público de aluvión se encarga de ello, mas allá de los aficionados como ahora.
Lo que aquí referimos es que sin esos nombres que llenan los carteles de las ferias, los de todos los días y a todas horas, se pueden hacer carteles que sean del gusto de los aficionados, de quienes gustan de ver toreros allá penas que éstos estén despojados de ese atributo, con mucho de artificial, de ser considerados figuras.
El caso es que para ese domingo especial se cuenta con toreros que tienen mucho que decir en el ruedo. Toreros fraguados en la lucha, sin ni una sola comodidad en sus carreras, pero que saben torear como los ángeles. Toreros que no suelen alternar con los considerados por la masa, porque es fácil que en una tarde de esas se pudieran observar cualidades que los otros no tienen.
Lo suyo es torear, y además hacerlo bien, con gusto, con empaque, con torería. De esos toreros que merece la pena acudir a las plazas cuando actúan, pues de sus capotes y muletas pueden surgir obras bellas. Todo un cartel de esperanza, todo un cartel para soñar con el toreo güeno. No es lo habitual en la programación de esta plaza y muchísimo menos en el resto de cosos. Tres toreros que gozan de prestigio y compás de espera por parte de los aficionados de verdad, los que saben de qué va esto.
Curro Díaz ya supo lo que es salir por la puerta grande de Madrid y todos sabemos que puede ocurrir de nuevo en cualquier momento. Aquella salida no le abrió las puertas que merecía pero, como hemos dicho, no es nada fácil alternar con él por las alturas, a muchos les da vértigo tenerle al lado. Torero fiel a un estilo y con argumentos para crear, cosa propia de elegidos.
Leandro ha demostrado las buenas maneras que atesora y son de esas que merece la pena crear expectativa. Lo saben los aficionados y de ahí que merezca la pena esperar sus paseíllos. Los pocos paseos que hace gozan de ese run run que siempre acompañan a los toreros tocados de arte. Puede ser un día especial en su carrera.
Por su parte Morenito de Aranda es respetado y esperado en Madrid. Se sabe de su forma de interpretar y de las ganas que tiene de un empujón que le ponga en boca de mas aficionados. Lo conocen en Las Ventas pero es bueno que un triunfo importante tenga eco en el resto de la piel de toro. Su buen hacer merece ese premio.
Los toros serán, a la postre, quienes den esa oportunidad a quienes con ilusión acudan a la plaza. La ganadería de El Cortijillo, propiedad de los Lozano, ni son de garantía, como lo que exigen las figuras, ni son los leones a los que tan acostumbrados están los toreros que no gozan del privilegio empresarial. Al no partir con lo imposible, es más fácil pensar en que esa terna pueda levantar el vuelo en esa tarde. Al menos es lo que han venido diciendo con ilusión los aficionados por los foros en los que se pronuncian.
Que la terna lo logre y la afición que lo vea. Que así sea.