La corrida que cerró el festival de verano 2009 es de esas que fácilmente llevan a engaños a los participantes, creyéndose muchas cosas que no fueron y que más adelante no les ayudarán para nada si así se las creen.

Empecemos por la ganadería. Que no se engañen los ganaderos de Ambaló con la corrida que por un lado estuvo justísima de presentación, con varios toros sospechosos de no tener íntegras sus defensas, como el tercero y el quinto que no fue más que tocaran los tableros para escobillarse de mala manera. Y que no se engañen con los aduladores de turno porque la corrida fue mala, sin raza, sosa, justísima también de casta. Que no se parapeten en el tópico de la toreabilidad – otro dia habrá que hacer la traducción de ciertas frases que van haciendo carrera en el argot taurino - del primer toro porque fue sosito, falto de fuerza, iba a la muleta pero noblote y sin son, sin transmisión y eso a la final no sirve. Los demás… parados, rajados los tres últimos, si acaso el tercero que tuvo alguito pero que tuvo que lidiarse en el tercio.

Ahora bien, que tampoco se vaya engañar Manuel Libardo que si bien demostró bastante mejoría en su hacer y en su carrera, pero que no puede creer que con ese tipo de estocadas, como la que propinó al tercero de la tarde va a cortar siempre las orejas, un bajonazo infame que no debería haber permitido que se le concediera una oreja por más que hubiera hecho lo mejor de la tarde. Siempre la espada deberá refrendar una buena labor muleteril para ser premiada.

Que no se llame a engaños José Arcila que el trofeo que cortó en el sexto, nunca mejor aplicados los adjetivos, fue “festivalero” y “veraniego”, un trofeo a una labor insulsa en donde no hubo faena, porque era un pase aquí y otro allá pues el toro salía suelto, esa orejita le servirá muy poquito. Lo más grave es que esperaba que el palco concediera el segundo trofeo cuando ni siquiera había mérito para el primero y eso lo debe saber uno en su interior.

Que no vayan a engañar quienes manejan la carrera de José Arcila porque no pueden dejar pasar la actitud fría y conformista que tuvo en su primero porque de esa manera no se pueden lograr los cupos en la temporada grande, a la única corrida que se da en las plazas grandes en el país previa a las ferias de fin de año no se puede llegar tan conformista y dejar pasar una oportunidad de oro para demostrar que luego de su rumbosa alternativa en Manizales se podía contar con él en serio para integrar las ferias importantes del país.

Y que no se vaya a engañar Guerrita Chico que por más voluntad y que sus enemigos no le facilitaron las cosas van dos oportunidades seguidas en la Santamaría y ni un muletazo digno de mención. Esas oportunidades son para estar más que correcto porque si no es así no hay forma de anunciarlos en los carteles importantes de enero y febrero.