Pasó la otrora prestigiosa Feria de San Isidro… sin pena ni gloria. ¡Por supuesto!, que no hacia falta una bola de cristal para conocer tan deplorable futuro inmediato tras anunciarse los carteles del serial isidril; resultaba obvio que no ocurriría algo destacado, consecuencia de que hace ya algunos años, y fundamentalmente con la actual empresa, las cosas se vienen haciendo como si fueran enemigos de su propio negocio, careciendo de una auténtica visión empresarial, de una sensibilidad, no sólo para hacer óptimas combinaciones en los carteles, sino fundamentalmente… para entender del aficionado, que es quien al fin y al cabo, sostiene la Fiesta a través de retratarse en las taquillas con su dinero, y de acudir y adquirir todo lo que esta sesión taurina origina a su alrededor.
Las Ventas en San Isidro... debe ser el centro mundial del toreo
En esta ocasión no viajé a mi siempre amado Madrid, porque en la realidad no había algo que me motivara para acudir al emblemático coso de Alcalá, decidí mejor esperar otro festejo que tuviera mayor relevancia, como sin lugar a dudas será la encerrona de José Tomás en Barcelona.
No obstante… y retomando el tema de San Isidro, es penoso ver que tienen convertido a un serial que dio luminosidad, no sólo a la Fiesta en España, sino a todos los países que poseen tan mágico espectáculo, reducido en un mero conglomerado de toreros y toros, sin un resquicio de calidad en lo que se realiza en el redondel madrileño.
Sale usted, lector amigo, de Madrid, y de inmediato encuentra en las poblaciones, incluso aledañas, importantes faenas con toros que dan la facilidad para que existan.
Todo nos lleva a pensar, que en primera instancia, es el toro que se envía a Madrid, el que comienza a empequeñecer el espectáculo, porque pareciera ser seleccionado únicamente, por su imponente presencia, pero que ha quedado alejado de la encastada bravura de noble embestir.
Un toro vacío, con fachada pero sin contenido, que ha dejado lamentablemente vacía a la Feria de San Isidro.
Es ahí justamente, en donde se requiere la inobjetable autenticidad del toro… la presencia que enseñe lo que es un TORO con sus más de 4 años, pero con los atributos fundamentales que dan la CASTA y la BRAVURA, acompañadas de la clase, calidad y recorrido en el embestir.
Por otra parte, desde hace ya muchos años he sostenido la tesis, de la necesidad de convertir a la Feria de San Isidro, en el auténtico centro mundial del toreo, en donde los toreros de todas las nacionalidades vayan a exponer sus argumentos, lo que por consecuencia necesaria, daría variedad al propio espectáculo.
La lógica competencia que nace en el momento de que los toreros españoles defenderán el sitio de privilegio que mantienen, mientras los extranjeros, deberán demostrar el por qué están pisando tan prestigioso coso taurino, creándose así, la necesaria rivalidad que trascienda más allá del coso madrileño.
Este será el elemento más importante que concederá mayor sustento, sobre todo para los argumentos que se expongan en la propia Comunidad Europea, del por qué la Fiesta existe y vive a plenitud, como herencia cultural de España al llamado Nuevo Mundo.
Una herencia cultural para América, en donde se acrecentó sobre todo en México, Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú, creando sus propios artistas que han dado lustre a la tauromaquia local; así como la inobjetable evolución y desarrollo, que también ha tenido la Fiesta Brava tanto en Francia como en Portugal, con avasalladora fuerza.
Ese es el camino, hacer de San Isidro el reto y la competencia reales en el llamado planeta de los toros, para que el gran público, no sólo el taurino y el que puede acudir a través de los abonos a la plaza venteña, sino el que existe más allá de las fronteras taurinas, tenga mucho mayor atractivo para acudir, y la Fiesta trascienda a más países, apoyada también, en la evolución tecnológica, en donde el internet esta siendo parte fundamental.
Hacer de la Feria de San Isidro en la Monumental Plaza de Las Ventas, el auténtico centro mundial del toreo, resulta necesidad primordial.
