Abundan y casi hay tantos como aficionados. Son el látigo para muchos y el rincón donde refugiarse para otros. Son mucho y para muchos lo son todo. Un lugar donde se dan cita los aficionados, los más inquietos, los más apasionados, los más comprometidos.
Esta imagen es como un miembro más de la familia en Internet
Pero seguramente donde más ha profundizado es el tema taurino. Por ser un lugar demasiado, e históricamente, copado por una información cerrada; es aquí donde se ven los avances que esa forma de comunicación ha supuesto. Se acabó el adoctrinamiento feroz de otras épocas.
Eso molesta, y mucho. Quienes han tenido en sus manos la información taurina ven con preocupación el cómo pueden ser cuestionadas, en un breve espacio de tiempo a través de Internet, sus “ponderadas” crónicas. Un suplicio para quienes llevan años imponiendo su criterio en la información. Una etapa que ya empieza a ser historia. Para nada les gusta esta proliferación de aventureros para hacer otras críticas, otras crónicas. Demasiado espacio, y de fácil acceso, para poder contrastar con lo dicho por ellos.
No había otra manera de saber qué pasaba en las plazas, el boca a boca avanzaba excesivamente lento como para poder representar una amenaza a sus doctrinas. Este intrusismo en la información taurina, así se le llama, no solo cuestiona las actuaciones de los toreros o de los toros, sino que socava mayormente la credibilidad de quienes tienen la obligación de trasladarla. Se puede decir que se acabó el momio para quienes hacían de voceros de lo acontecido, o no acontecido, en los ruedos.
Cualquier aficionado recurre, con agilidad y frecuencia, a informarse por otros aficionados que le digan qué y cómo pasó en determinada tarde. Cómo era el trapío de los toros a través de los cientos de fotografías que no intentan “tapar” sino destapar la burla que en muchos casos, en demasiados, se produce. Todo un invento este del blog. Una solución para que nunca mas quede un aficionado, interesado e inquieto, desinformado.
En tiempos de blogs, un poco antes, nació OyT, y ya llevaba ese espíritu en su ideario, el de no intentar tapar, sino el de destapar. Con todo un formato profesional para la información, alejados de la individualidad descontrolada a la hora de exponer, pero rociados de la bendita afición para dar traslado a la información, a lo que sucede por los ruedos del mundo. Con la veracidad e independencia por bandera.
En tiempos de blogs no nos sentimos incómodos, pues participamos de esa independencia y de ese interés por hacer luz donde, desgraciadamente, han existido, y existen, demasiadas sombras. No será, no es, lo mismo para otros que gozaron en décadas de la omnipotencia de la palabra y la voz. Lo que ellos decían era lo que “había sucedido” y lo único que tenía que resultar creíble para todos. La lucha de algunos críticos por hacerle camino a la verdad, tiempo atrás, era todo un reto y una aventura. Ya no es necesario acudir solo a una fuente, hay muchas más y de contenidos inequívocos. La belleza y las miserias de la fiesta están siempre al descubierto.
En tiempos de blogs algunos quedan peor que Cagancho en Almagro queriendo dar gato por liebre. No es de extrañar que les parezca intrusismo esa forma de hacer llegar información, tan diferente, a través de los blogs. En tiempos de blogs... nosotros celebramos tanta pluralidad y participamos de la misma luz que con ellos se hace llegar.
