Mientras muy poco tiene que ofrecer en la realidad inmediata la Feria de Texcoco, una feria que al margen de lo taurino, el entorno es verdaderamente deprimente por los altos costos y las pésimas instalaciones; en Aguascalientes se observa la intención de haber conformado carteles más al gusto de los aficionados taurinos, y se encuentra, como es evidente, una variedad de mayores y mejores opciones, para disfrutar bien y con placer el espectáculo, por lo menos es lo que siempre busca afanosamente Ricardo Sánchez.
Ricardo Sánchez
Si, vemos los nombres de los ultramarinos José Tomás, El Juli, Castella, quienes inequívocamente garantizarán un espectáculo de primer nivel, por la calidad taurina de estas tres figuras del toreo mundial; aunque no se entiende la inclusión de Antonio Barrera, si bien es cierto es un torero sumamente valiente, su tauromaquia carece de argumentos sólidos para estar al nivel de los toreros antes mencionados, y por otra parte, en México no ha logrado impactar, a pesar de tener ya muchos años intentando.
Se encuentra también incluido el Señor Cejas, quien tiene el más difícil de todos sus compromisos, llega con un rabo escandalosamente protestado en el coso titular de México, y por otra parte, en las dos ediciones anteriores durante la Feria de San Marcos, no han sido nada halagüeñas para él, ya que el público hidrocálido -todo hace ver- se cansó de ver los tradicionales rodillazos cejeños; un espectáculo inspirado más en los actos circenses que en la reflexión para el espíritu, en donde busca afanosamente divertir a la gradería, en lugar de encontrarse a él mismo, para torear… simplemente torear al toro. Eso quiere el gran público, verle torear con seriedad y sobriedad.
El toreo como expresión artística es un acto del espíritu no un momento para la frivolidad.
Igualmente llega un Payo, en un mal momento, a quien penosamente no se le han dado bien las cosas, una alternativa con más pena que otra cosa, y sin embargo, se le está apoyando, seguramente con el deseo de que se reivindique, ojalá y así sea, y entienda El Payo que es momento de relfexión y entendimiento.
Se otorga una nueva oportunidad a Víctor Mora, quien el año pasado intentó pero no pudo concretar, aunque posee cualidades para remontar y dar interesante aportación al serial.
Se podrá ver a un Ignacio Garibay que en cada festejo demuestra su valía torera; así como a un Zotoluco que está que no cree en él, a pesar de que ya está consolidado desde hace años como el torero que actualmente es el más representativo de la baraja nacional.
Habrá que esperar que ganaderías de prestigio como San Miguel de Mimiahuápam, Begoña, Medina Ibarra, Xajay, vuelvan a dar lustre a sus vacadas con encierros importantes para las grandes hazañas en el redondel. Es de esperarse que Bernaldo de Quirós envíe lo mejor que tenga, porque sus toros han dejado mucho que desear. Y tanto las dehesas de Teófilo Gómez como la de El Vergel, hagan honor a tan importante serial.
Y como broche de oro… la Oreja de Oro en donde con toros de Corlomé contenderán cinco jóvenes en donde puede salir la gran faena que impacte por la capacidad artistica, y el poder del sentimiento; y uno torero que ya no es tan joven, pero que insiste en no dejar de estar presente.
La mesa está puesta, esperamos que todo sea un éxito, porque promete y deseamos que se llegue a feliz puerto.