Llegó el señor Miguel Ángel Perera a México, precedido de sus indiscutibles triunfos en España, fundamentalmente durante lo que ha sido el año 2008 en Las Ventas de Madrid, tanto en la Feria de San Isidro, así como en la de Otoño.
Se presenta en la Monumental de México, y tras una faena discreta corta una oreja que no le llenó en lo absoluto ni a él ni a muchos asistentes, lo que le obliga a regalar un toro al que le acabaría cortando un rabo, no obstante... poco dejó para el recuerdo, ya que la entrada del domingo pasado, siendo Perera la base del cartel, ha sido la menor del serial.
Un dije de Garfias del encierro que fue desdeñado
Para España, seguro estoy, de que ese rabo y más en un toro de regalo... no dirá absolutamente nada, ya que en la Península ni creen mucho en los rabos ni mucho menos aceptan al toro de regalo, porque lo consideran –como sin lugar a dudas es- una ventaja para con sus demás alternantes.
Otro hermoso ejemplar
No obstante, el señor Perera, como habitualmente ocurre con los diestros ultramarinos, no se hizo de un equipo mexicano, en donde existieran auténticos conocedores de las ganaderías y del entorno taurino nacional, que se distingan por su buena fe y con ello se apoye en todas las decisiones para el beneficio del torero. Por ello, le han llevado a cometer el error más grave que ha tenido a través de una mala elección del ganado.
Sí, ha resultado una verdadera pena que a pesar de su disposición, haya tenido que soportar una auténtica bueyada, que es lo que mandó el ganadero de Montecristo, seis espantajos que mostraron su casi inacabable mansedumbre y asfixiante descastamiento.
Esperando la gran faena
Todavía el ganadero tuvo el descaro de presumir que había enviado ocho toros de ocho diferentes sementales, y como ya le dijeron por ahí, debió haber enviado por lo menos a los padres de los seis que salieron al ruedo... ¡al destazadero!, y no dudamos que la recomendación se tenga que hacer necesariamente extensiva para los otros dos que aún pastan en su ganadería.
Bien rematados
Si Miguel Ángel Perera se hubiera asesorado de gente que en la realidad tiene conocimientos de lo que a la Cabaña Brava Mexicana se refiere, y no a intereses extrataurinos que en nada beneficiaron al torero extremeño, no le habría ocurrido la debacle taurina, que tuvo que vivir y sufrir el reciente domingo en la Plaza México.
Cuatro dispuestos al reto
No obstante… el hubiera no existe, y lamentablemente se ha quedado un encierro de Garfias en su ganadería, porque el señor Perera los desdeñó a cambio de... una bueyada de Montecristo.
Cosas veredes.