Los últimos coletazos de la feria, gracias al aplazamiento de la novillada del pasado día 24. Los últimos toros, en su versión novillos, a lidiar en el larguísimo serial. Los últimos toreros, sin versión ni nada, pues tan toreros pueden ser los novilleros como los matadores, en pisar la arena de Las Ventas en San Isidro. Últimas orejas cortadas y última salida en hombros por la puerta grande.
Y esa última salida por la puerta grande la realizó un novillero cuajado, que vino a Madrid a decir quien es: Miguel Ángel Perera. Próximo a tomar la alternativa, se le vio enterado y dispuesto, firme y realizando un buen toreo, sobre todo con la mano izquierda. En su primero cerró la faena con un conjunto de bernadinas de mucho aguante y exposición que calentaron al personal sobremanera. Dos orejas en el novillo de su presentación y una en el segundo de su lote le avalan para esa alternativa anunciada.
Torero de corte estático, aplica la quietud a cuanto hace desde la serenidad y el aplomo y además maneja bien la muleta, a pesar de su elevada estatura, de manos bajas y en profundidad. Ha sorprendido gratamente también por su seriedad y suma tranquilidad. Su despaciosidad y temple le han servido para cuajar ambas faenas en las que se ha encontrado con dos colaboradores estupendos. Los novillos de El Ventorrillo, han propiciado oportunidades a los novilleros actuantes, como en su día lo hicieron los toros lidiados. A aquellos les cortaron tres orejas (con protestas) y hoy también, pero pudieron ser más.
En ese pudieron ser más, no incluimos la petición efectuada a Ismael López en su primero, pues fue realizada solamente por sus fieles seguidores sin ninguna justificación. A Ismael se le aprecian buenas maneras, al tiempo que también se le adivina la falta de rodaje. Muy verde y acelerado en su primer novillo y desbordado totalmente en el remiendo de Alejandro Vázquez que hizo sexto, que fue un regalo para alguien tan poco placeado. Ya tendrá nuevas oportunidades en las que demostrar su caminar.
Cuando nos referimos a la posibilidad de mayor corte de orejas, nos estamos refiriendo al otro debutante, Morenito de Aranda, quien en el quinto, sin el fallo a espadas, no sabemos si hubiera abierto también la puerta grande. Toreo del bueno y del bello ejecutó como para que existiera esa posibilidad. A nosotros, nos gustó más sus formas arrebatadas y apasionadas que las más frías y académicas de Perera. Una trincherilla ayudada ligada con un pase de pecho monumental resultaron magistrales. Su toreo recrea la belleza estética que llega de verdad, no exenta de valor para poderlo ejecutar. Los pases de pecho a la hombrera contraria plenos de temple y emoción. Bien en los lances de capote y de manera especial en las medias de mucho sabor. Vuelta al ruedo y ganas de volverlo a ver.
Con esta puerta grande de Perera se pone punto final a un ciclo excesivamente largo y corto en resultados, que ya tendremos tiempo de analizar. Por hoy, cerramos las crónicas de esta feria de San Isidro, recordando que el Sr Lamarca, que presidió hoy, no debe volverlo a hacer. Su actitud y su lengua son incompatibles con el sentido del deber y la obligación de defender, no insultar ni incriminar, a la afición que mantiene la fiesta. Él no mantiene nada, solo el desafío de seguir sentándose donde no puede ni debe volver. Alguien nos deberá escuchar y obrar en consecuencia, si es que alguien tiene autoridad en este negocio, que nos tememos que no. La casa de tócame Roque, era el paradigma de la justicia y el equilibrio en comparación.