Salvo mejor opinión, la severa crisis financiera que se está viviendo en el mundo, no exenta en nada a la Fiesta de los Toros de padecer el terrible embate de la falta de liquidez; es por ello que fundamentalmente a los países taurinos de América, da un mayor golpe en lo que a la contratación de toreros ultramarinos se refiere.¿Por qué?
Simplemente, porque al margen de que empresas de grandes economías solventes, como la de la Monumental Plaza de Toros México, así como Espectáculos Taurinos de México, estén en posibilidad de contratar a los toreros españoles, franceses o sudamericanos, al precio que ellos exijan e impongan, la repercusión vendrá justamente cuando tengan que ver retratada en la taquilla… a la afición.
Como van las cosas, y encuadrándose la mayor parte de los países desarrollados del mundo, comenzando por Estados Unidos, en una avasallante recesión, que por obvias razones da un golpe demoledor a las economías subdesarrolladas, como la de México; resultará más difícil que los aficionados puedan solventar un espectáculo caro, y no sólo habrá que pensar en la Fiesta de los Toros, sino en todos los que se dan en la actualidad.
No somos extranjeros en la severa crisis mundial que se está viviendo
Habrá que sostener los precios en forma que puedan ser atractivos… pagables por el aficionado, para poder continuar manteniendo a la gente en todos los cosos del país.
Porque habrá que reflexionar en que el ciudadano tendrá que elegir entre destinar dinero… liquidez, para las necesidades primarias… fundamentales de subsistencia, y/o en ir a disfrutar de sus espectáculos favoritos.
Es aquí, donde se torna ensordecedor el panorama, con todo y que se esté a punto de autorizar dos extranjeros y un mexicano en los carteles… también para la Ciudad de México.
Póngase a pensar Usted, lector amigo:
¿Cuánto deberá costar un boleto (billete) para que una empresa pueda recuperar su inversión inicial de contratar a dos toreros extranjeros que cobran mucho y en dólares, los gastos directos e indirectos y, además, que genere utilidades?
Si, seguramente deberá incrementar en mucho el precio de cada localidad, y como se está previendo el panorama, se vislumbra un horizonte poco halagüeño, para acabar confeccionando festejos con dos toreros extranjeros y un mexicano, y que cada corrida sea accesible para el bolsillo del destinatario final, que es sin lugar a dudas… el consumidor, mejor conocido como aficionado.
Esa afición, es muy posible que acabe traduciendo su gusto por ver en la televisión sus espectáculos favoritos, y entonces también habrá que pensar que la Fiesta de los Toros deberá de transmitirse por canal abierto.
Pensar en este momento cobrar por ver la transmisión de una temporada… ¡vamos!, de un festejo, sólo irá reduciendo, todavía más, el margen de audiencia, así como de posibles consumidores directos en las plazas de toros.
Por otra parte, no todo en las crisis es devastador.
Es aquí donde justamente, la tauromaquia nacional puede continuar mostrando –como está ocurriendo en el actual serial de la Ciudad de México- un importante repunte, y necesaria renovación en la fila de los toreros mexicanos, a los que por obviedad sí se les podrá ir pagando sus respectivos emolumentos, de acuerdo al nivel económico que marca el país.
Y, por mucho que se vaya incrementándose sus percepciones, de acuerdo a la categoría que vayan manteniendo, nunca llegarán a ser tan estratosféricas, como lo que puedan tener los toreros del otro lado del charco.
Porque simplemente a los toreros mexicanos se les paga en pesos… en moneda nacional, y a los extranjeros en dólares; y dada la volatilidad que pudiera venir en lo que se refiere a la paridad peso-dólar, irá siendo más costoso el contratar a toreros extranjeros, mientras la crisis económica mundial, que ha marcado la recesión, no llegue a ser superada.
Es el momento, insisto, de fortalecer el mercado interno en todas las facetas de la vida económica de México, incluyendo la taurina apoyando al desarrollo de los jóvenes valores nacionales, para hacer de ellos auténticas figuras del toreo que provoquen pasión y con ello, llenos en las plazas, y ya verán los buenos resultados que se obtienen.
No somos extranjeros en la severa crisis mundial que se está viviendo, estamos inmersos en ella, sólo hay que superarla con inteligencia, porque se puede.