Si señor, ni más ni menos, aquel fenómeno que antes solo ocurría en América ya se ha instalado en Europa y marca un punto de inflexión, quizás el último, en la debacle en la que se encuentra sumida la fiesta de los toros.
Repasemos. Antes este virus de la indultitis solo se encontraba en América y cuando se indultaban toros y toros en cualquier feria americana, los españoles se miraban de reojo en el callejón, con cierta sonrisita socarrona, como diciendo ¿que es esta charlotada?.... Pues allá ellos.
Acá se llegó a bautizar toros con motivos de indulto, “Este Sí” se llamó alguno, las ferias medían su éxito por el número de indultos que se prodigaran, en Manizales ya se sabía cual era la tarde en que iba a haber indultos, si en Cali había habido indulto, quizás en las ferias que le seguían iban a ser dos, en San Cristóbal entonces habría tres, Bogotá y Medellín no podían quedarse atrás entonces por ahí se colaba alguno más, así, las ferias fueron necesitado de los indultos para catapultarse y venderse más triunfales de lo que habían sido, sin importar si el toro merecía en realidad tal premio, como nos lo cuenta Pepe Mata en su más reciente artículo - en algunas ocasiones preguntaba cualquier aficionado cabal ¿pero y el toro fue al caballo? hombre no molestes, no preguntes pendejadas-. Y lo peor, los mismos ganaderos se metieron en la rueda y ya no llevaron pañuelos sino sábanas, para desde el callejón pedir los indultos, el mismísimo César Rincón se encargaba de pedir el indulto de sus toros desde el ruedo. Pero bueno, estábamos en el trópico dirían muchos, eso se puede permitir acá, es que van a pasarlo bueno y algún español mosqueado comentaba entre dientes ... pero esto es acá pasando el charco, por las europas esto no pasa ni locos.
Pues han pasado los años y el virus llegó a Europa, quizás viajó en las valijas de tanto empresario - apoderado que viene América, ve el triunfo más fácil y luego se pregunta ¿porque en la península no la pasabamos tan bien como en el trópico? ¿será la facilidad para otorgar los indultos? Pues vamos a ver. El virus se instaló hace unos años, esto no es de ahora, el brote estaba, pero aún las alarmas no se habían prendido del todo, Finito indultaba cada quince días un toro en cuanta plaza marbellí hubiera, Antonio Ferrera también indultaba cada mes un toro en cuanto pueblo hubiera la ocasión, Ponce no se dejaba y cada semestre aportaba también su dosis, allí donde lo permitieran.
Pero este año el virus mutó y llegó a donde no podía llegar, se permeó el pais referente de seriedad taurina, el reducto que queda en la fiesta, Francia. En Dax cedieron a la tentación, la jarana les pudo y Perera, como no, indultó un toro sin que se hubiera definido totalmente su bravura en el caballo, y ahora en Barcelona se produce uno de los indultos más convenientes para todos, ¿prefabricado? vaya usted a saber, pero hasta el nombre del toro era ideal para la ocasión, el “idílico” seria perfecto habría pensado alguno, pero cabría preguntarse ¿Este sí? Pues parece que no, pero que importa, - el mismo aficionado cada vez más arrinconado por la euforia desdordada preguntaba esta vez en tono más bajito, ¿y el toro fue bien al caballo y las veces que corresponde? Hombre calla que esta toreando el “genio” y mira que en Barcelona se le perdona la vida a los toros, para que luego digan los antitaurinos-.
Señores, asistimos a la evolución de la fiesta, involución diría yo, creo que ya no hay nada que hacer, la fiesta necesita demostrar que no es tan cruel como parece y el perdón de la vida de cuanto toro medio meta la cabeza en la muleta servirá para demostrarlo a los cada vez más feroces e influyentes antitaurinos, por tanto así como ocurrió en las ferias americanas se irá propagando el virus, van a ver la temporada entrante que si hubo en Dax, habrá uno en Beziers, que si hubo uno en Murcia en Jaén habrá más, que si en Marbella hubo dos en Puerto Banús habrá tres, y si José Tomás lo hizo en Barcelona el público no se contentará con menos allí donde se presente. Esto se propagará sin remedio y la bisagra no tendrá reversa. La bravura del toro se terminará de ir al cuerno, los ganaderos trabajaran para esto y la nobleza del toro en la muleta será, lo es desde hace mucho rato, el único baremo para el indulto de los toros. De la autentica bravura del toro podemos despedirnos. Como diría un conocido personaje del comentario deportivo de mi país, ¡¡Hasta luego vida mía, si te he visto no me acuerdo!!.
