Se llama Nevenka y vino al mundo junto al Machu-Pichu, allá por tierras peruanas. Ella, Neven, como la conocemos todos los que la queremos, fue la pionera, la impulsora de que esta lista de Facundo Cabral, fuera una palpable realidad y que, con la misma, muchísimas personas de todo el globo terráqueo, compartamos ilusiones, quimeras, sonrisas, incluso penas, allá donde nos encontremos. Nevenka fue la primera que entendió que, gracias a la magia de Internet, todos los que profesamos la “doctrina” del maestro Cabral pudiéramos unirnos para amarnos, algo que logró con su cometido bello y enigmático.
Nevenka, con su magia, fue capaz de contagiarnos a todos del mismo amor que había aprendido del maestro Cabral. Unirnos, como se demostró, era una de sus ilusiones y, como el tiempo ha demostrado, una realidad maravillosa. Gracias a la feliz idea de Neven, ingente número de personas, esparcidas por todo el mundo, a diario, nos regalamos nuestro hatillo de ilusiones tan particular. Como se sabe, no existen distancias entre nosotros puesto que, lo mejor de todos, nuestro amor, nos lo regalamos a diario los unos hacia los otros. ¿Cabe mayor fortuna?
Neven, amiga personal del maestro Cabral, inspiradora incluso de algunas frases bellísimas de las muchas que Facundo nos ha regalado, nos hace sentir vivos, amigos, íntimos, cerquita los unos de los otros, algo que jamás podremos dejar de agradecerle. Ella, claro, como le pasa al maestro, no quiere saber nada de homenajes ni de gratitudes puesto que, como ella confesara, las cosas del corazón no se cuantifican con las especies que suele pagar el mundo, por tanto, Neven, con ese torrente de humildad que Dios le dio, logra estremecernos cada día. Ella sabe, por supuesto, que cada día es la mejor de las noticias y, ante todo, quererla, es nuestra gran noticia de cada amanecer.
No es esta, por supuesto, la lisonja al uso por aquello de quedar bien con una persona, y menos en nuestro caso que, a diario, sentimos, junto con todos los compinches cabraleños, la magia del cariño. Fue Neven, precisamente ella, la que organizara aquellos encuentros con el maestro en que, todos, juntos, gozaron del cariño y sabiduría de un hombre tan sumamente entrañable como Facundo Cabral, experiencia que, si Dios lo permite, se repetirá en años sucesivos en cualquier país del mundo.
Yo, por razones obvias, comprendo toda la magia que Neven quiera regalarnos, valor que le agradezco desde lo más profundo de mi alma puesto que, quienes hemos tenido la fortuna de conocer al maestro Cabral, tras ese encuentro, hemos sabido ver la vida de otra manera; si acaso del único modo que se puede ver: ¡VIVIENDOLA¡
Gracias, Nevenka hermosa, por muchas razones, entre ellas, por haber sabido juntarnos por amor, la única razón que puede mover al mundo. Lo dijo el maestro y es muy cierto: hay una sola religión, EL AMOR; una sola raza, LA HUMANIDAD; un solo lenguaje, EL DEL CORAZON; Y UN SOLO DIOS QUE ESTA EN TODAS PARTES. Con estos pensamientos que nos enseñara el maestro, aplicados en nuestro ser, como tú nos enseñaste, supimos lo que es la felicidad.
En nombre mío y en el de todos los compinches del alma: TE QUIERE.