Más de una semana ha pasado y los organizadores del II Encuentro de Aficionados en Zaragoza, realizado el pasado 27 de abril, se lo siguen pensando y no dan a conocer el resultado oficial del mismo, lo que me impide hacer un comentario al respecto, como habría sido mi deseo.
Todo lo que sabemos los aficionados es lo publicado en el Blog del Manifiesto en el que se lee: “se debatieron los puntos incluidos en el “Decálogo para la regeneración de la suerte de varas” y se acordaron una serie de modificaciones en la redacción del texto, así como la inclusión de lo expuesto en la ponencia presentada por Fernando Marcet.”
Vaya, algo es algo y, frente a la ausencia de mayor información, sólo nos queda elucubrar para desentrañar, como quien lee un papiro egipcio, lo que se trasluce de esas escuetas líneas, que nos llevan a la conclusión de que son dos los puntos que quedan claros:
1) Que el decálogo presentado por los organizadores no fue aprobado en su totalidad pues se dice que se acordaron una serie de modificaciones y
2) Que se aprobó la inclusión de lo expuesto en la ponencia presentada por Fernando Marcet.
Ambas cosas me llenan de satisfacción, porque el decálogo tenía puntos -como la expresa aceptación de los dos puyazos como suficientes para evaluar la bravura del toro- con los cuales muchos aficionados no estamos de acuerdo; también que mi propuesta haya sido aprobada y, con ello, el que se pique sólo con la pirámide de acero en el morrillo -tal como opina el 90% de los lectores que han votaron en la encuesta que, hasta la fecha, está abierta en este mismo portal en la sección División de Opiniones- y que sean tres los puyazos, mínimos obligatorios.
Lo que me preocupa es que, en la misma nota se informe que “se encomendó la redacción de las modificaciones aprobadas a una comisión representativa de las asociaciones participantes que se encargará de recoger, en un nuevo texto, los acuerdos aprobados y que en breve espacio de tiempo se harán públicos”.
Ummm... No me gusta. Lo saludable, transparente y recomendable es que los acuerdos que se tomen en este tipo de reuniones, sean redactados, leídos y aprobados por la misma asamblea, para evitar que quienes son encargados de hacerlo a posteriori se disparen por su cuenta e interpreten a su modo los acuerdos que pueden terminar siendo redactados de forma tal que no se ajusten a la verdad de los hechos, difieran y hasta sean contrarios a lo que la asamblea sancionó.
El tomarse tanto tiempo para la redacción de los acuerdos tomados en una asamblea que no duró más de unas pocas horas, aumenta mi preocupación pues no se explica a menos que haya una intencionalidad de dejar pasar el tiempo para que los asambleístas y aficionados pierdan interés en el resultado del encuentro y se muestren indiferentes o no se enteren de la publicación de los resultados que, repito podrían no ajustarse a lo acordado por la asamblea.
Mis dudas no son gratuitas, pues nacen de la carta que el Sr. Mariano Ballesteros me remitió, en respuesta a otra mía, con la que solicité información oficial de los resultados del II Encuentro de Aficionados, que a la letra dice:
De: fiesta integra [mailto:manifiestoaficionados@gmail.com]
Enviado el: martes, 29 de abril de 2008 19:36
Para: Fernando Marcet
Asunto: Re: TERCIO DE VARAS
Hola don Fernando:
El ajetreo de dos días de festejos y convivencia en compañía de los asistentes al Encuentro, más la suma de una serie de asuntos propios, me han mantenido estos días alejado del ordenador. En el Blog del Manifiesto acabamos de publicar un avance informativo y el anuncio de que, en breve, publicaremos las conclusiones definitivas del Encuentro.
Sobre su ponencia, informarle que fue debatida, y si usted esta de acuerdo, incluirla en el "Decálogo" en dos sentidos:
1) como complemento del primer punto en el que proponemos la siguiente redacción "La suerte de varas es el eje de la lidia. Tiene tres cometidos: a) descubrir las condiciones del toro como la bravura, codicia, poder y fuerza de acuerdo con su comportamiento en el caballo; b) ahormar, corregir y restar poder a su embestida para su lidia y muerte, mediante puyazos breves, dosificados, bien colocados; c) cuando las condiciones son las propicias crear belleza y trasmitir emoción con esta incomparable suerte"
2) pedirle la redacción de un punto concreto sobre la puya que usted propone, en la línea de brevedad del resto de los puntos del Decálogo, para incluirlo en el mismo.
Como informamos en la entrada que hemos publicado en nuestro Blog, en el debate se propusieron alguna modificación en la redacción del texto del Decálogo para ganar en claridad, una comisión se encargara de redactar el nuevo texto y en cuanto este trabajo este hecho se hará público. Si usted esta de acuerdo con lo que le proponemos, esperaremos recibir la redacción del punto explícito sobre la puya para incluirlo en el texto modificado.
Atentamente.
Mariano
Carta que contesté de inmediato en los siguientes términos:
De: Fernando Marcet [mailto:fernandomarcet@viabcp.com]
Enviado el: miércoles, 30 de abril de 2008 13:56
Para: 'fiesta integra'
Asunto: RV: TERCIO DE VARAS
Estimado Mariano Ballesteros:
La información que me llegó de Zaragoza, por otra vía, es que mi ponencia fue discutida y aprobada, con algunas precisiones esclarecedoras. Es por ello que me extraña que usted me plantee incluirla en el decálogo realizado por los organizadores del encuentro. Son dos cosas distintas. Complementarias, tal vez, pero radicalmente distintas.
En cualquier caso yo ya expresé lo que tenía que expresar en los doce artículos publicados en opinionytoros.com que, en apretada síntesis, dio origen a la ponencia que remití al II Encuentro de Aficionados en Zaragoza. No tengo más que agregar a ello y declino su invitación a formar parte de un decálogo con el que no estoy totalmente de acuerdo, en particular con la santificación que allí se hace a los dos puyazos.
Si mi ponencia fue aprobada o no, en su totalidad o en parte, es asunto de la asamblea de aficionados y ni usted ni yo estamos autorizados a “interpretar” lo que ella aprobó. Me imagino que la reunión contó con un secretario que consignó en el acta correspondiente los acuerdos tomados por la magna asamblea los mismos que, bien redactados o no, reflejan fielmente la voluntad de quienes en ella participaron. Si la asamblea aprobó total o parcialmente los dos documentos, ese es el resultado del encuentro que debe darse a conocer a la afición, sin correcciones ni maquillaje de ninguna especie.
Sin otro particular, quedo de usted atentamente
Fernando Marcet.
Después de lo cual, como digo en mi carta a Ballesteros: No tengo más que agregar. El lector sacará sus propias conclusiones.