La feria de Cali sigue en un término de medianía, del cual no sale hace ya unos años, sigue sin recobrar la categoría que tuvo, aunque este año ha subido un escalón respecto a la anterior, pero todavía no se cuaja una feria por lo alto, además este año se celebraban los 50 años de la feria y el cartel no ha estado a la altura de esa efeméride, faltaron más figuras, mejores carteles, rematar por ejemplo un festival del recuerdo con toreros queridos en Cali, que hay muchos y algo más especial para el día de los cincuenta años. Se llenó la plaza solo dos días, en los que actuó Rincón y en los que a la vez se celebraba algo especial, el resto de los días entre media entrada y los tres cuartos.
En el aspecto ganadero la mansedumbre fue la constante general, se salvan algunos toros de Guachicono, el sobrero de Paispamba y uno de Juan Bernardo Caicedo. (No cuento la corrida de Mondoñedo porque fue en preferia y no la ví)
Ambaló ha sido el punto más bajo de la feria y por dignidad no debería volver a la feria que viene, totalmente mansa y además muy mal presentada.
Los de Ernesto Gonzalez, toros al límite de la casta, sosos, sin fondo. Para pensarlo para el otro año.
La de Salento justísima de todo, dos se dejaron como monjitas de la caridad. Otra para replantear su vuelta a la feria.
Fuentelapeña con toros noblotes, sin mucha emoción, está al límite de la casta.
La de Juan Bernardo Caicedo también fue mansa, sosita y con el inri de los tres toros malogrados, tuvo emoción el lidiado en quinto lugar pero no alcanza a salvarla.
Alhama pasa raspandito, toros sin mucha codicia pero al menos pasando, tuvieron la suerte de estar en frente de un Rincón pletórico.
A Puerta de Hierro le salvan dos toros, el cuarto y quinto, por algo de picante en sus embestidas, aunque la corrida manseó en los caballos.
El toro suelto de Paispamba abre un compás de esperanza y debería abrir una puerta para entrar en la feria.
La de Guachicono, la corrida más seria de todas, y eso siempre se agradece, tuvo por lo menos tres toros muy interesantes.
De los actuantes, lo mejor con diferencia ha sido lo del maestro Rincón con dos actuaciones magistrales, las pausas, las distancias, el conocimiento de los terrenos del primer día, y el meter en la muleta al manso primero de Alhama y dos faenas técnicas y perfectas en el tercio a sus otros dos, con el único pero de intentar provocar un indulto injustificado en su segundo.
Una constante en la mayoría de toreros es que desechan torear con la mano izquierda, dan una tandita generalmente trompicada y de vuelta a la derecha, la mano con la cual la mayoría se sienten cómodos.
Para mí detrás de lo del maestro está la faena de Abellán la noche de los Guachiconos, seria, cuajada y muy firme su actuación, el primer día había estado bien ante los Fuentelapeña.
Joao Moura hijo estuvo muy bien en Cali, torea y clava muy puro, haciendo todo bien, además tuvo decisión para hacerlo el día de la lluvia con un ruedo impracticable.
Sebastián Castella un dia si y el otro no, el primer día no quería ver a nadie, ni a sus toros, el segundo día volvió a ser, importante en su segundo toro pero faltó la mano izquierda. Eso sí, vimos su misma faena de siempre.
Luis Bolívar tiene un buen balance numérico pero no le visto como hace tres años, antes remataba los pases detrás de la cintura, se rebosaba más, ahora le vi como frenado. Se le abonan las ganas el día del mano a mano y su voluntad durante toda la feria.
Antonio Ferrera en su estilo, gusta a la masa, con banderillas prende el candelero que le alcanza a durar hasta la faena de muleta en donde baja un poco, estuvo mejor el dia de los Fuentelapeña que el dia de Guachicono, donde no pudo templar al toro.
Guerrita Chico vino a cara de perro, a ganarse su oportunidad del próximo año y lo logró, está más cuajado y de los colombianos fue de lo más destacado sin tanto aspaviento, merece entrar en un cartel más cerrado
Paco Perlaza quiso apurar la feria y todo se le fue en prisas, en su haber queda que cortó dos orejas pero no ha estado del todo bien y con el de Paispamba no se entendió del todo. Se vio estancado.
Juan Bautista salió a hombros de la plaza pero no se si muchos lo recuerden, vio el toro tarde y le toreó muy rápido y vulgar, su estocada recibiendo lo más destacado.
Uceda Leal pasó por Cali como si nada, debería haber dos tardes para cada torero para saber que es lo que tienen, en su haber dos estocadas espectaculares.
Ricardo Rivera esbozó cositas, puede evolucionar en un torero recio, serio aunque le vendría bien calentarse un poquito más pues se vio un tanto frio.
Miguel Angel Perera se vio sorprendido por las embestidas del toro colombiano, como que no le tenía la distancia, estuvo muy encima de sus toros, ahogándolos, en un par de muletazos por bajo atisbó algo de su clase.
Andres de los Rios no se encontró, tiene el toreo en la cabeza pero una cosa es eso y otra hacerlo ante el toro, debería torear más y afligirse menos porque es de lo más interesante que tiene el escalafón nacional.
Cristóbal Pardo dio un paso atrás en Cali, bulló en banderillas pero no dijo nada con la muleta, muy trompicada su labor.
Ignacio Garibay paso por la feria como si no hubiera venido, inhibido las dos tardes, una por la lluvia y otra por los pitones de su enemigo, muy difícil que vuelva.
A Sebastián Palomo Danko le trajeron y el vino, que no es culpa de él, pero esta verde, muy verde, no se pueden meter estos gazapos en la feria, que se cuaje y luego que si le anuncien.
La presidencia ha mantenido un tono aceptable aunque se ha rajado en cositas, a veces se plantaba pero en otras cedía a la presión del público, dio una vuelta injustificada a un toro de Puerta de Hierro, y muchas dobles orejas sobraron (Moura Jr, Bautista, Ferrera, Bolívar, Castella). No deberían permitirse más regalos de toros, no es serio y más cuando el toro no estaba aprobado por la junta técnica, que en una actitud digna se retiro de la plaza. Y capítulo aparte para la báscula de la plaza, que deben revisar, porque no ha reflejado para nada lo que luego se veía en el ruedo.
Los subalternos han estado bien, aunque muchas banderillas cayeron al suelo al parecer por defectos en los palos, en banderillas destacaron Ricardo Santana, Hernando Franco, “El Chano” y Monaguillo de Colombia, con la capa “El Chano”, Jaime Devia y Gustavo García.
La suerte de varas prácticamente no se ha hecho, se simula, a muchos toros se les ha dado un picotazo y ya, tapar la salida es norma general, además para el público la pica es como que sobrara, como me la dicho un amigo español, eso no importa, entre menos mejor, es más, se entonan cánticos de entrada al picador como si fuera el malo de la película.
Y ya que estamos con el público decir que sigue tan vocinglero como siempre, quizás un poco más que otros años, se entregan al que haga cosas espectaculares y no tanto al que hace el toreo puro, torear de rodillas, dar molinetes, el matador que pone banderillas, el pase de las flores, el arrimón insulso es lo que más se aplaude antes que un buen natural o un muletazo profundo, se piden las orejas sin tener en cuenta la colocación de la espada o si se ha toreado con la mano izquierda.
Para finalizar anotar que para volver a lanzar la feria hay que traer a las figuras, no a todas porque es difícil, pero ahora el abanico está más abierto y se puede conseguir meterles en el canasto, además al principio no quieren venir pero luego se lo pasan en grande, el público rompe muy fácil y se entrega, a no ser que le hagan ascos a aquello que llaman el “toro de Cali” – que a decir verdad ha salido solo en tres tardes este año - y por esto pasen de la feria. A las figuras se les puede acompañar de toreros que gustan en Cali tipo Abellán y Ferrera u otros que generen espectáculo tipo Fandi, y pensar en dar oportunidades por igual a todos, con dos tardes para cada torero, como era antes, para poder juzgarles mejor.