No pueden quedar así no más los hechos que vienen aconteciendo en la temporada americana en donde las dos supuestas máximas figuras del toreo, enfrascadas en declaraciones recíprocas en las que se reprochan que uno se arrima y el otro no y que el toreo mio es así y el de aquel es asá, acaban de cantar la gallina en sus presentaciones en América.

Ninguno de los dos, ni José Tomás, ni Ponce han demostrado en el ruedo lo que hablan ante los micrófonos, o ante foros, o ante quien sea. El escándalo en Guadalajara ha sido fuerte, por la poca o nula presencia de las reses a las que pretendió enfrentarse el de Galapagar con el claro disgusto de la afición mexicana, y el valenciano, para no quedarse atrás, también hizo de las suyas en Valencia, Venezuela, ante una corridita que las crónicas definen como “Todos mansos, escasos de presencia, de trapio, de casta y de fuerza, además de pobres de pitones” y lo de Lima pues más gráfico no puede ser y ha llenado la copa.

Y no solo son ellos dos, también tienen responsabilidad aquellas otras supuestas figuras  rutilantes que han alternado en los carteles y que también han aprobado y lidiado estos toritos como “El Juli”, Sebastián Castella y César Rincón.

Aunque ya sabemos que las figuras españolas vienen a América a no pasar el mismo trago que pueden pasar en Europa y que aun sigue en boga aquella legendaria frase de “Toro chico, billete grande” no es para que abusen presentándose y exigiendo ese tipo de toritos para plazas americanas que les quieren ver en toda su dimensión y que pagan para eso. No es de recibo esta tomadura de pelo y más cuando hablan a voz en cuello de quien se arrima o quien no. Calladitos todos mejor, que en el ruedo se aclara todo y bien claro que ha quedado.

Así, de momento, por lo que ha sucedido en plazas mexicanas, venezolanas y peruanas quedan por el suelo cualquier tipo de declaraciones, porque si es para arrimarse con ese tipo de toros mejor que ni se presenten. Por ahora, en el ruedo, que es donde deben hablar los toreros, han quedado retratados el uno y el otro y así estamos.