A eso juegan siempre. Se puede mentir alguna vez y habrá quien lo haga, pero jugar a engañar es otra cosa. El engaño es un “arte” que utilizado “debidamente” da resultados en la corta y en la larga distancia. Si buenos o malos, es otro cantar.
Es un arma política que en este caso ha tocado en el fondo de los fondos. Jugar a engañar tiene límites y ETA no es un mal jugador para hacerlo con ellos. No se les puede decir que no os preocupéis que ya no detenemos a los batasunos, que soltamos a de Juana, que los fiscales mirarán para otro lado, que os permitimos ir de nuevo a los ayuntamientos, etc. Luego, como las mariconas ofendidas, al ver que les rompen la falsa tregua, se ponen como locos a detener gente. Todo un juego, un pulso, un juego macabro.
Creer que son los mejores engañando, además de prepotencia es en sí mismo peligrosísimo. Ahí las pruebas, con el guardia civil asesinado encima de la mesa. Creían, iban de listos, que se les podía ganar la batalla con talante, buenas palabras, sonrisas, alianza de civilizaciones. Todo eso solo vale para los incautos que depositan el voto. Para jugar las partidas fuertes de la responsabilidad de un gobierno, hay que utilizar otro tipo de armas o medidas.
Esas medidas pasan, pasaban, por estar unidos a los buenos, que no son los de ETA o batasuna. ¡Lo oyen!. Por mucho que lo disfracen y con ello también engañen a parte de su electorado, los buenos están en las filas del PP. Ese otro partido que sufre, y ha sufrido, la persecución y muerte de esos viles asesinos. También a ellos los engañaron y les siguieron engañando con un pacto que era falso y solo para lucirlo cuando no tenían otro engaño para presumir.
Quedaban las víctimas y también los quisieron engañar... sin conseguirlo. Inventaron un Alto Comisionado para las Víctimas, que como casi todo, suena muy cursi, pero que solo era una manera de intentar tenerlos en un redil. Otro engaño, si el objetivo no hubiera sido el frustrado intento de maniatarles, seguiría ese puesto. No existe desde que no se dejaron engañar. Si era tan importante, por qué el Sr. Peces Barba no sigue haciendo buena labor con las víctimas. Sólo hay una respuesta: estaba para hacer mala labor y visto que no se podía, se marchó a casa.
A que te engaño mejor.. que tú a mi, se suelen decir estos malabaristas del arte del engaño. Cómo pueden creer que los asesinos puedan confiar en ellos si son los mismos del GAL. Cuáles son los buenos socialistas para con los terroristas?, cuándo?. La batalla, esta batalla, la gana ETA, por no dejarse engañar por las sonrisas bobaliconas de quien nos gobierna. Si no han movido un solo dedo en la dirección lógica de dejar las armas, cómo es posible que un presidente, por muy iluso que este sea, se crea sus propias vaciedades, esas que le llevarían, se creía, a perpetuarse en el poder?.
Hemos entrado en diciembre, ese mes que se le da tan mal a ZP. El pasado año fue a finales cuando dijo que estaríamos mejor y vinieron dos muertos. En esta ocasión, a principios de mes nos llega un asesinado más. Justo cuando hace una semana se criticaba a las víctimas por decir que la política antiterrorista de este gobierno es un camelo. Le pedían que ilegalice ANV y el PCTV y que retire ese salvoconducto del Parlamento para poder negociar. No hacen ninguna de las dos cosas. Saben por qué? por ser una forma de querer seguir engañando a sus socios de gobierno, a sus votantes y a los españoles todos.
Ese “a que te engaño mejor” de este gobierno no engaña a nadie que no se quiera dejar engañar. Alguno seguirá, pero cada vez menos, salvo que estén muy engañados o muy fáciles de engañar. Y este asunto es muy serio como para dejarse engañar y un gobierno que debería representar a todos los españoles, y no solo a sus intereses, no puede, ni debe engañarse a sí mismo. Como pasó cuando perseguían terroristas con el GAL, ahora con el GALante, también les ha salido mal. La causa: hacer las cosas por soberbia, de espaldas a los ciudadanos, al partido de la oposición (el de verdad, no los sobornables pequeñitos) y creerse siempre que “a que te engaño mejor que tú”. Esa es la causa.
