Efectivamente. Con mucho silencio se rodó ayer en Madrid el capítulo correspondiente a dicha fecha en la plaza de las Ventas. Volvía a esta plaza aquel torero que, un día 2 de mayo no encandiló a todos en este ruedo y del que, tras aquella fecha, tantas esperanzas teníamos forjadas. Pero, como se demostró, aquel legítimo éxito fue la pauta que marcó el declive de este torero de semblante triste que, igual un día se cansa de todos y de todos y nos cuenta los motivos de su tristeza. Lo que si está muy claro es que, como Joselito, no se puede salir derrotado a una plaza de toros, motivos que le llevaron a retirarse y que, como viene siendo habitual en esta temporada, sus ánimos no son los mejores y, su tristeza, no ha mejorado en absoluto.
Desde luego, analizado el evento, era un cartel muy raro que digamos. Los toros de Partido de Resina en que, dos toreros importantes – sobre el papel- se apuntaban a la legendaria divisa. La gran verdad nunca la sabremos. Quiero decir que, nunca sabremos si se apuntaron a dichos toros como un gesto o para tomarnos el pelo, a tenor de cómo salió la corrida. Así, tras lo visto, sintiéndome espectador de la corrida, sin más profundidades, como los toros no valieron, los toreros quedaban exonerados de toda culpa. Posiblemente, así era todo y, no es preciso darle más lecturas. Quienes queremos leer entre líneas en lo que a un espectáculo taurino se refiere, al final, lo único que logramos es un sufrimiento inútil que nada va a cambiar los contextos del entramado taurino. Cada día estoy más convencido que, quiénes opinamos, nuestra única misión es que, los poderes establecidos del toreo, si llegan a leernos, que piensen que harán lo que les venga en gana, es muy cierto; incluso podrán burlarse de la autoridad, pero nadie nos negará el sagrado derecho de pensar en voz alta aquello que muchos piensan y se callan.
Los toros del Partido de Resina, amorfos, flojos y dos peligrosos no aportaron milagro alguno para que Esplá y Joselito nos ofrecieran sus mágicas lecciones de torería. ¡ Qué optimista soy¡ ¿ Verdad? He dicho mágicas lecciones de torería en manos de un gran banderillero y de un hombre triste y cabizbajo. El milagro, como se vio, no dio lugar. Los toros no estaban por la labor y, siendo así, la magia se perdió por los corredores de la plaza. Si tengo claro que, la confección del cartel tiene mucha miga. Lo explico. Esplá y Joselito que pretendían encandilar a las gentes con lo que ellos pensaban que era una gesta, se ofrecieron para matar la corrida a sabiendas de que, estos toros, apenas dan juego alguno. Estaba claro: no valían los toros y, ellos, limpios de toda culpa. La empresa les contrató con un dinero importante – menos del que algunos piensan- porque, a su vez, los toros los compraron muy baratos, baratísimos. Siendo así, la confección de cartel estaba clara: Toros baratos, dos toreros con un dinero más o menos importante y, un hombre humilde que lo arreglaron con “ dos duros” y un poco más. Está claro que, la estrategia comercial era perfecta. Como siempre, ganó la empresa, las figuras y, el humilde del cartel y la afición, como siempre, pagando los platos rotos.
Al final, de los tendidos de las Ventas salió una voz valiente que les dijo: “ Para esto no vengáis más” ¿ Estaría loco aquel aficionado?