Así, con el genérico título de NUESTRA MÚSICA, ha patrocinado la Excma. Diputación de Alicante, la grabación de un disco bellísimo, obra y gracia de Bernabé Sanchís y sus profesores de su BANDA SINFÓNICA; esa banda admirable que, bajo los auspicios del Ayuntamiento alicantino, hace las delicias de propios y extraños en sus más de sesenta concierto cada año.
Todo el CD, como mostramos en las imágenes del mismo, es un monumento a la música alicantina; más concretamente, al pasodoble en el que, compositores como Antonio Ferrís, Ildefonso Sancristobal, Jesús Mula, Vicente Ivorra, Luís Molina, Jorge Baeza, Antonio Ruda, Enrique Pastor, Juan Manuel Molina, Francisco Grau, Manuel Berná y el propio Bernabé Sanchís, han puesto lo mejor de sí mismos en una música tan entrañable. El Pasodoble, con mayúsculas, jamás lo olvidemos, muy a pesar de lo que digan ciertos puristas de la música, será siempre esa pieza artística que, allí donde nos encontremos, nos alegrará el alma y nos mantendrá en vilo el corazón y, mucho más en esta ocasión en que, todos los pasodobles, afortunadamente, han sido concebidos por obra y gracia de la inspiración que ciertas personas han despertado a sus autores.
Convengamos que, todo el CD, está dedicado a personas y entidades de la vida social de Alicante; esos hombres y mujeres que, por sus actividades diversas en aras de la fiesta y de la cultura, han inspirado a los maestros respectivos. Obviamente, resaltar, por encima de los otros, una de las composiciones aquí grabadas, resulta tarea baladí; toda esta música tiene el encanto alicantino; la suave brisa mediterránea y las golondrinas revoloteando por el bello cielo alicantino. Aunque, con la venia de Bernabé Sanchís, como aficionado, me quedo, para escuchar, en primer lugar, tal y conforme está grabado, el pasodoble que el maestro Bernabé le escribió a Maite Pérez Marco, la que fuera Bellea del Foc del año 2002; Maite era bella y, lo seguirá siendo mientras viva. Por ello, el pasodoble en su honor, con aires levantinos y contrapuntos fogueriles, enaltece el alma de todo aficionado. De igual modo, otra hermosa mujer, Maite Luna, logró la inspiración del maestro Luís Molina. Si toda la melodía es bella, el “retardando” tras el “trío”, dan la medida de una batuta inmensa como la del maestro Bernabé Sanchís. En definitiva, toreros, bellezas, críticos, escritores, escultores y damas como doña Lola Peña, han despertado la inspiración de los maestros referidos para que, ahora, dichosos de nosotros, estemos gozando de esta música singular.
Al respecto del pasodoble, mucho me temo, deberíamos de empezar a valorar en su justa medida este tipo de composiciones que, por breves, no dejan de ser bellas y, lo son mucho más cuando, como ahora, una banda genial, los interpreta de forma soberbia. Amemos la música como tal puesto que, es duro y penoso que, un buen día, tuviésemos que escuchar en la voz de nuestro gran tenor Sergio de Salas, cuando dijo aquello de:” Me dicen que triunfe primero en el extranjero y que luego venga por aquí con ese aval. Está claro que, por lo que veo, en España, como nadie entiende de música, necesitan de la garantía alemana o italiana, para contratarle a uno”
La garantía de este disco es él mismo; su obra, la que han vertido profesores y maestro en tan bella edición. Una vez más, me queda la dicha de poder rendirle al maestro Bernabé Sanchís, mi admiración y mi respeto.