Cuando el panorama taurino en México estaba árido… ríspido, con muchos sentimientos encontrados, y pretendiendo el desconocido señor Haces autoproclamarse “rector legítimo” de una fiesta que no le pertenece, y de la que es totalmente ajeno, en todo este desconcierto… apareció como un auténtico aire renovador Rodolfo Rodríguez El Pana, y puso en su sitio a todos.
Tenía que ser así… sólo un torero podía lograr la reunificación de la fiesta… el orden necesario, para entonces retomar el rumbo.
Llegó y con sus argumentos hizo que todos… todos en México, voltearan la mirada a nuestro vilipendiado espectáculo taurino, y comenzó un proceso, que si los empresarios entienden de este hecho histórico, lo llevarán al cambio urgente de la tauromaquia en nuestro país, y entonces… recuperará la grandeza perdida.
No… no fue fácil para El Pana regresar a una plaza de la que había sido… majadera y vulgarmente expulsado, por el dictador que tuvo que sufrir la gran plaza de Insurgentes por… ¡13 años!; pero se impuso, remontó y convenció, ahora está en los cuernos de la luna, y debe aprovechar el momento que la vida le ha dado.
No obstante… creo que está perdiendo mucho tiempo y dando más importancia de lo que en verdad tiene… el reto de enfrentar a El Zotoluco y Rafael Ortega.
Para empezar les demostró que él sí llevó gente a La México y enfrentó TOROS, y segundo, debe aprovechar mejor esa importante energía que le está dando el público… y no desperdiciarla en unos infructuosos mano a mano, mejor que enfoque todas sus baterías… en apoyar a los jóvenes que si tengan cualidades.
El Pana… puede ser el maestro, el hilo conductor de esa generación de jóvenes que está ahora mismo sin un guía que sepa entender de sus inquietudes taurinas, y apoyarlos a consolidarse para nutrir la baraja taurina mexicana.
El pasado domingo 7 de enero, renacieron en la monumental plaza, los tres elementos indispensables en la fiesta brava: empresario, torero y ganadero.
Es digno de reconocer que José Antonio González tuvo la visión, el talento y la inteligencia, pero sobre todo la fuerza de enfrentar a los malos espíritus, que no querían que pisara El Pana el coso mayor del mundo.
El Pana se lo ha agradecido en todo momento y… nobleza obliga.
Hubo toros y toreros, y ahí está la respuesta del paciente y conocedor público.
Pues en este maravilloso contexto, El Pana, no sólo puede dejar huella como el gran torero que es, sino como el que apoye a formar a la nueva generación... una generación del cambio; y volverle a dar así, fuerza y fundamento a nuestra fiesta. Y que este ejemplo les ayude a recuperar a sus compañeros toreros... la dignidad casi perdidad.
Perder un valiosísimo tiempo retando a quienes han dejado de interesar por falta de fundamento, no tiene caso.
Lo que importa es que el auténtico toro, la inteligente visión empresarial… nos recuperó para la posteridad a un torero de verdad… El Pana.
* En la gráfica del maestro Juan Ángel Sainos López de_ovalito@hotmail.com Rodolfo Rodríguez El Pana.