Ese es el Problema y la Pena de nuestra querida Fiesta. Guarda mucha relación entre sí esa agrupación de “pes”. Si a eso se le añade ¡¡Pum.... Petardo!!, se completa una sinfonía de “pes” que podría elevarse hasta el infinito. Es bastante equidistante el hecho de que a menor presentación de pitones, menos público acude a las plazas. O lo que es igual: a menor riesgo, menor interés.
Se preguntan algunos, extrañados, qué pasa que las plazas, ya ni en ferias y con carteles de relumbrón, llevan gente a la plaza. Se lo preguntan, pero, algunos, no se lo responden como debieran. Que se anuncia El Juli en Granada, como dice Pla, con el torero antaño llenador de plazas de mujeres, Jesulín, y con el triunfador absoluto de Sevilla, Salvador Cortés, y en fiestas, y no llegan mas que a medio aforo?. Los triunfalistas dicen que todo muy bien y los defensores a ultranza del otrora interesante Juli, manifiestan que eso es una figura de época. Pues que bien, que me lo expliquen, ¿cuándo una figura de época no llena nada?.
Pero eso fue el jueves y ayer en Toledo, con asombro, uno que escribe en otro portal se escandaliza de que en esta ocasión, El Juli con Ponce y el torero local, De Mora, también, entre todos, media plaza, y a media hora de Madrid. ¿Pues no habían quedado que las dos figuras habían cautivado a los aficionados en plena feria de San Isidro?.
Es darle vueltas por darle. Aquí nadie interesa a nadie, pues, realmente, no son los toreros los que llenan nada en el tiempo actual. Dependiendo de las modas, determinadas ferias se ven elegidas por públicos a mogollón que llenan sus escaños. Pero no son aficionados y a salvo esas ferias y en esas corridas, los toros les traen sin cuidado o es que no tendría que haber en Madrid, de todos esos que dicen y piensan que esas figuras son “el no va mas”, dos mil para cada uno que les quisieran ver en cualquier parte y más en concreto a un ratito de Madrid. Con esos cuatro mil habían llenado la plaza de Toledo ayer. Por cierto, hoy por TVE, podrán ver lo que llenan otros figuras ese mismo coso.
Para Ponce premios a la mejor faena en Madrid por su arrojo y técnica, para El Juli más premios a la mejor faena por su hondura. Medios y medios dispuestos a decir que por Madrid pasaron dos ángeles, dos genios, dos maestros, dos... que, a las pruebas nos remitimos, no llevan a nadie a las plazas. Recientemente, en Sanlúcar, en tres corridas, con dos tardes de Ponce, mas El Juli, Morante, Rincón, El Cid, etc. 7.200 espectadores en los tres festejos. ¿Quién puede sostener que los toreros actuales interesan a alguien?. ¿Quién?.
El Problema de la Fiesta está en el toro. Ese es el Problema. Sólo algún torero capaz de crear arte, de primerísimo nivel, ante semejantes ejemplares que salen en las plazas, puede tener interés y ya ni eso. El Problema nace de la falta de emoción que ese tipo de toro produce en la plaza y no le demos más vueltas. Sin que salga el toro que emocione, no hay nada que hacer. Lamentablemente es así y lo demuestran, día a día, las dos llamadas figuras del escalafón. ¿Cómo va a existir interés por ver esos pitones que lucen los toros en las plazas?. ¿Cómo se puede sostener esta Fiesta viendo los pitones de los toros del domingo pasado en la retransmisión de Albacete?.
Mientras no se tome conciencia del Problema, cada día esto irá a peor. Y no lo decimos por derrotismo, sino por verdadero amor y en defensa de este espectáculo, ¡perdón! el espectáculo que era hace unas décadas, cuando era posible ver el enfrentamiento en plenitud entre toro y torero. El espectáculo de hoy, a salvo alguna plaza, es un espectáculo menor; tan menor que nadie quiere acudir a verlo, a salvo los que por rutina o necesidad tienen que acudir. No es el ejemplo adecuado, pero El Fandi en Granada es capaz de llenar. Es su gente, es su entrega, es su record de salidas en hombros y todo, en conjunto, interesa a sus paisanos. Luego, fuera de allí, lo veremos esta tarde, el mismo cemento. Otra figura, esta que lidera el escalafón, que tampoco interesa.
Si los Pitones fueran íntegros, los toros tuvieran Poder y, además, dieran esa imagen, -que no la dan- sería posible mantener la mítica lucha del hombre y la fiera. Desnuda esa lucha por las distintas actividades que han ido haciendo del toro un colaborador, lo que sucede es la consecuencia de aquello: el desinterés de los públicos por presenciarlo. Ni Julis ni Ponces, ni Fandis tienen la llave del interés; la llave la tiene el toro con todo su esplendor y su Poder. El Poder del toro es el revulsivo que necesita la Fiesta. Una “Pe” que sí daría Prestigio y con ella llegaría nuevamente la Pasión del Público por la Fiesta.