El cantor por antonomasia, Facundo Cabral, ofrecerá en el día de hoy un solo concierto en España y, como se sabe, tendrá lugar en la ciudad de IBI, en tierras alicantinas. Cuando sean las 19,30 horas, se abrirá el telón del Teatro Salesianos para que, tras del mismo, aparezca la magia y las canciones del maestro Facundo Cabral. Su guitarra y su bastón serán sus acompañantes. Cabral, como siempre ocurre, con su arte, inundará el teatro y, lo que es mejor, lo llenará por completo con su magia y con su misterio.
Cuando pensamos en lo inexplicable, en el arte, en la magia, en la belleza de la palabra y las canciones más hermosas, inexorablemente, tenemos que pensar en Facundo Cabral. El cantor argentino ha venido a España requerido por TVE para que, en el programa de Jesús Quintero, el maestro, nos deleite con su palabra; saber de sus vivencias, de su vida toda, no es otra cosa que, el mejor regalo para el alma. A sabiendas de su viaje a España, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Ibi, señor Antonio Granero, no dudó un solo instante en luchar por contratarle para que, Cabral, nos concediera a los ibenses el mejor regalo, su arte inigualable. Como explico, motivos de agenda, no permiten al señor Cabral quedarse más tiempo en España pero, el milagro, por así llamarlo, ya está consumado. Como antes decía, hoy, 30 de abril de 2006, sin lugar a dudas, será una fecha inolvidable para la ciudad de los juguetes; por tanto, para la ciudad de la ilusión.
Facundo Cabral, trovador de nuestro tiempo, médico del alma, cantor profundo, orador en la elite, persona entrañable, amigo de sus amigos, conocedor del mundo y sus gentes, ha pisado de nuevo suelo español. España está de fiesta; nunca mejor dicho. España, en el programa EL LOCO DE LA COLINA, le gozará por completo; pero, antes, como explico, IBI, se llevará, en el día de hoy, la gloria de su prosa, de sus canciones, de sus oraciones y chanzas hermosas que, a no dudar, cautivarán al personal.
Alguien dijo, en su momento, que Facundo Cabral es el argentino más grande que pisa este planeta y, no le faltaba razón. Facundo Cabral cura con su palabra, armoniza con sus canciones y regala esperanza con sus oraciones. ¿Se puede pedir más? Cabral nos lo regala todo. En mi caso, me cabe el honor de confesar que, tras conocer a Facundo Cabral, sentí que había cambiado el curso de mi vida y, es la más grande verdad. Pero este sentimiento no es causa solo mía puesto que, cientos de miles de seres humanos, a lo largo y ancho del globo terráqueo, han confesado lo mismo.
México, en el año 1972, le abrió las puertas del mundo y, a partir de aquel momento, Facundo Cabral, supo caminar por el mundo, convencer a sus gentes, enamorar a los seres humanos con su magia y, pasados los años, la humanidad, todos, sin distinción, le debemos la más bella gratitud. Acudir a su concierto y, al salir, abandonar el local repleto de ilusiones y de esperanzas, ello, solo es posible con la magia de este argentino universal que, tocado por la mano de Dios, logra contagiar a las gentes con sus dones creativos y, ante todo, plagados de esperanzas.
Ahora, como dije en aquel libro que tuve el honor de publicar en torno al maestro, MI ENCUENTRO CON FACUNDO CABRAL, quiero evocar un recuerdo maravilloso para aquella señora inolvidable que atendía por Sara y que de sus entrañas, pudo parir a un ser tan mágico como bello que, pasados los años, el mundo ha podido conocerle como Facundo Cabral.
Hoy, con todos nosotros, el hijo de SARA.