Los mano a mano normalmente despiertan expectación especial, porque son una confrontación de dos espadas que causan un interés debido a cierto tipo de rivalidad, pero el que protagonizan por todas partes Eulalio López Zotoluco y Rafael Ortega ha perdido cierto sabor.
La razón, creo yo, es que ha caído en la monotonía. Torean en todas partes; es un cartel que se anuncia en todas las ferias y que se ha convertido en morbo por ver si se van a liar a golpes.
Todos sabemos que las miradas son retadoras, que Ortega puede ofrecerle a Zotoluco que cubra el segundo tercio y que Eulalio se niegue, que se atraviesen en los quites; me pregunto yo, mas no lo afirmo, ¿será un teatro armado?, ¿qué opina usted amigo aficionado?
Ahora resulta que han llegado a las “trompadas”. Así ocurrió en el restaurante de un hotel tras uno de tantos festejos que han protagonizado ambos, pero en esta ocasión, casualmente estaba toda la prensa… Como supuestas figuras del toreo, hay que tener clase para hablar en el ruedo. No son boxeadores ni luchadores.
En días pasados, apareció en un diario deportivo nacional, un fotomontaje de ambos toreros con cuerpos de boxeadores junto al promotor, este último representado por el apoderado José Manuel Espinosa. Esto es señal de que el público y, ahora gran parte de la prensa, lo toma como un “enfrentamiento”, chusco y carente de verdad.
Mucha gente ha estado tomando este famoso mano a mano de una forma cómica y divertida, como si fueran una pareja sensacional de “toreros cómicos”.
¿Cómo hacer para que este enfrentamiento vuelva a recuperar ese real interés y seriedad que en un principio despertaba?
Sabemos que Eulalio López Zotoluco, con el paso del tiempo, ha estilizado sus trazos sumados a un gran poder frente a las reses, de eso no cabe la menor duda. Le puede a la mayoría de los toros. Mientras que Rafael Ortega es un torero que cubre los tres tercios, se muestra fácil con los avios y sobretodo un excepcional estoqueador de asombrosa regularidad.
Ojalá que ambos toreros y también los empresarios, pues sabemos que estos últimos han cooperado para lo que hoy es esta confrontación, recapaciten y logren darle esa verdad y seriedad al espectáculo, porque Ortega y Zotoluco son grandes toreros y no tienen por qué caer en juegos tontos.
Busquen la manera de convencer a la afición para que en verdad surja una rivalidad en los tendidos, esa es la más importante, pues es lo que va a crear nuevos aficionados, y no gente de una sola tarde.