No puede quedar la más mínima duda de que, todo hombre que se viste de luces; al pisar el ruedo sueña con que el ganado colabore y pueda lograr un triunfo importante. Basados en estos sueños, es desde todo de punto de vista lógico pensar que, cuando el ganado no colabora, cuando el estoque nos niega orejas ganadas y, en definitiva; las cosas se tuercen; nos cambia el genio y, uno entiende que la frustración nos destruya, pero: ¿al extremo de liarnos a golpes con quién tuvo más suerte?.
Desde México nos ha llegado la noticia de que en Zacatecas, el triunfo de Zotoluco ha terminado en una monumental gresca.
Parece ser que el Rafael Ortega, alternante con Zotoluco en un mano a mano; no fue capaz de controlar la frustración del fracaso y, llegados los matadores al hotel comenzaron por un cruce de palabras que, lastimosamente terminó en un lamentable cruce de golpes que, necesitó la intervención de la Policía Municipal.
Desde que existe esta fiesta ha existido la constante competencia entre los toreros, competencia que en reglas generales se limita a tratar de superarse el uno a otro a la hora de torear y; esa competitividad, es uno de los mejores incentivos en una corrida.
Si triunfa el primer alternante de la tarde, les pone en pundonor a los dos siguientes y cada uno saldrá al ruedo con el íntimo deseo de superar lo hecho por sus compañeros de cartel.
Sin temor a equivocarnos diríamos que, de alguna manera es precisamente esa lucha la que el público espera para garantizar el mejor resultado en una tarde de toros. Pero, pero, el liarse a golpes entre dos matadores, aún siendo como es el caso presente; fuera del ruedo, no hace ningún bien a la fiesta.
No cabe duda de que la constante tensión a la que se ve expuesto el ser humano en general, en el mundo que nos ha tocado vivir, está afectando también a los toreros que, a fuerza de actuar como titanes nos llevan a olvidar que, también son seres humanos, hombres de carne y hueso, con nervios y frustraciones.
Esperemos que no se repitan episodios de este tipo, que siempre, la lucha entre los toreros sea frente al toro, en una plaza; poniendo toda su sapiencia en juego para superarse entre sí.