Argentina es mucho más que el tango; yo diría que es la tierra de todos y, sin lugar a dudas la tierra que, años atrás, tantos europeos entendían como la tierra prometida. Desde allí, en aquel inmenso país, llegó hasta España, de forma concreta a estas tierras alicantinas, una señora muy especial y, ante todo, con una misión muy específica: conocer a sus antepasados. Ella es Fabiana Andrea García, profesora de universidad y, tras haberla tratado, un ser humano encantador. Fabiana suspiraba por la tierra de la que, su bisabuelo, Antonio García, hace ahora casi cien años, dejó atrás en la búsqueda de mejores horizontes. Argentina es un país de grandes emociones y, ante todo, de sensibilidades muy particulares; Fabiana es una prueba de todo cuanto digo. Argentina ama y construye a sus ídolos para gozarlos eternamente. No existe desperdicio. Allí vitorearon a Fangio, a Borges, a Maradona, a Evita, a Cabral, a Yupanqui, al Ché Guevara, a Gardel…… Por cierto, en cuanto a la muerte de Gardel, Fabiana le preguntó a su abuela: “Qué sentiste, abuela, el día que murió Gardel” Y la abuela le respondió: “Sentí y pensé diciéndome, ¡caramba, ahora si que somos pobres de verdad¡” Son, como se demuestra, los sentimientos de los argentinos que, podrán vivir sin pan, como tantas veces les ha ocurrido; pero jamás sin ilusiones y sin ídolos populares.
¿Qué le incitó en venir a España, señora Fabiana?
La idea era muy concreta; quise venir acá tratando de combatir la nostalgia que me invadía desde siempre puesto que, en casa, siempre salía a flor de labios la palabra España. Mi bisabuelo, el ibense Antonio García, se marchó hasta Argentina en 1911 en la búsqueda de mejores horizontes, tanto para él como para los suyos y, desde aquellas fechas, nadie de mi familia había podido regresar; ni mis abuelos, ni mis padres y, como se ha demostrado, la vida me ha otorgado a mi tamaño honor.
Ahora, Fabiana, la pregunta es totalmente obligada. ¿Cómo pudo usted contactar con sus familiares ibenses, tras tantos años de ausencia y de silencio?
La magia de Internet, como se sabe, puede con todo. Un día, estando en casa, se me ocurrió visualizar y buscar la palabra IBI y, a Dios gracias, me salió una página de IBI en la cual podía dejar un mensaje; no lo pensé dos veces y, en dicha página, pedí auxilio. Y, como si fuera un milagro, a los pocos días recibí la contestación de un señor que decía llamarse Carlos Vilaplana y que, gustosamente, se me ofrecía para todo cuanto yo deseara.
Imagino aquel momento, señora Fabiana y, le veo con el corazón palpitando a mil por hora; tras conocer a Carlos, mucho me temo que, usted, presagiaba que podía acercarse el momento de que conociera, por fin, la tierra de sus bisabuelos. ¿Fue así?
Honrosamente, así sucedió. He de reconocer que, sin Carlos Vilaplana, ver hecho realidad mi sueño, nunca hubiera sido posible. Yo necesitaba de una mano amiga que me ayudara y, Carlos, un señor donde los haya, por el precio de la gratitud que siente por mi persona, se volcó para ayudarme.
Sinceramente, como usted es, ¿qué sintió al pisar tierra española?
Una emoción muy difícil de explicar. Hasta aquel día 6 del mes presente de este año de gracia para mi persona, era todo un sueño y, comprobar que se hacía realidad, la verdad es que, resulta difícil de explicar. Se culminaban tantos sueños que, en aquel momento, se me salía el corazón del pecho. Indescriptible, sería la definición más apropiada.
El trato que IBI le ha dispensado, señora Fabiana, según he podido saber, ha sido algo admirable. Al margen de las ilusiones que sentía por regresar a España, ¿llegó a pensar en algún momento que le darían este trato maravilloso con el que le han obsequiado?
Ni yo, ni nadie podrían sospechar que, acá, entre ustedes, encontraría tantas muestras de cariño y afecto como se me han entregado. Desde el primer ciudadano ibense, hasta el último que me he encontrado, todos se han solidarizado con mi ilusión y me han llenado de cariño.
Imagino que, cuando se realizaban todos los trámites para que usted viniera y, al mismo tiempo, le daban la buena noticia de que, este año, en IBI, sería usted la pregonera de lujo para el acto de la Exaltación Festera, su gozo sería inmenso ¿verdad?
Increíble, si señor. Me llevaré a IBI en mi alma. Pensar que, en este año 2005 me concedieron el más alto honor que un ciudadano pudiera enarbolar, con ello, tengo derecho a sentirme la mujer más dichosa del planeta. Fui la pregonera y, les juro a ustedes que, salvo en el nacimiento de mis hijos, jamás había sentido una emoción como la acá vivida. Mi gratitud para todos ustedes; desde la primera dama, la señora Mayte Parra, la Corporación Municipal, la Comisión de Fiestas, así como todas las personas de buena voluntad que he encontrado en mi camino que, para mí, han sido todos.
Por cierto, ¿ha conocido usted a todos sus familiares; es decir, aquellos que son descendientes de los suyos?
Así es. En mi estadía entre ustedes, a Dios gracias, mi agenda – y lo digo sin cursilerías- ha estado muy abarrotada, nada es más cierto. He sentido el calor de todos los que descienden de mi familia y, a su vez, el de todos los amigos que me he granjeado en este hermoso pueblo. He conocido a todos y, me estoy construyendo el árbol genealógico que, por supuesto, me llevaré hasta Argentina como un tesoro muy bello. He estado con los Guillem Guillem, Blanes García, Chorro Guillem, Guillem Santonja; a todos he tenido la oportunidad de visitarles, abrazarles y mostrarles mi cariño y mi gratitud. Todos ellos son mis raíces y, sin lugar a dudas, me los llevaré a todos dentro de mi corazón.
Cuando regrese, ¿qué les contará a los suyos?
Les hablaré, ante todo, del inmenso cariño que acá he recibido. Más tarde, para fortuna de ustedes, podré contar la forma maravillosa de vida que ustedes disfrutan; les diré del IBI hermoso que he conocido, de su prosperidad, de sus gentes acogedoras, de su capacidad de intelecto, de su mundo industrial y, sin lugar a dudas, del trato tan fantástico que todos ustedes me han dispensado.
De entre todo lo que aquí ha vivido, ¿existe algún momento en especial que jamás podrá borrar de su ser?
Difícil encontrar un momento inolvidable cuando, la gran realidad es que, desde el primer minuto de cada día, hasta el último, los ibenses se han encargado de que mi felicidad sea completa; pero si tengo que quedarme con un hecho concreto, debo de confesar que, la ovación que ustedes me dedicaron tras mi disertación, será algo inolvidable, por lo bello y emotivo. Sólo puedo darles las gracias y que Dios les bendiga a todos.
¿Cómo intuye que son nuestras fiestas? Y digo que intuye porque, estamos hablando el día 13 de septiembre y, Dios mediante, el día grande de nuestras fiestas es el próximo viernes 17.
Tengo una noción muy clara porque, Carlos Vilaplana, tras conocernos, me mandó un video de dichas fiestas y, quedé fascinada por el colorido, la música, el lujo, el gusto, el empaque y todas las cosas bellas que pude ver en aquella grabación. Ahora, espero el día de la entrada como un acto singular y bellísimo que vivirá eternamente conmigo, al igual que todo lo que huela a IBI. También quiero resaltar el fervor y devoción que IBI siente por la Virgen de los Desamparados, su patrona; algo admirable y enternecedor.
Señora Fabiana Andrea García, pregonera de lujo de nuestras entrañables fiestas mayores; que el resto de su estadía entre nosotros sea tan lindo como lo ha vivido hasta este instante. Que Dios le bendiga allí donde se encuentre.
Pla Ventura.