Era un 13 de agosto de 2005. Reaparecía El Puma en España y, para tal ocasión, como no podía ser mejor, José Luís Rodríguez, eligió la ciudad de Alicante y, bien que lo celebramos los allí presentes. El Puma era, ante todo, el plato fuerte en lo que a los conciertos de veranos se refiere que, la Diputación Provincial de Alicante, año tras año, viene organizando para dicha de todos los alicantinos. Era un escenario montado a la vera del mar Mediterráneo y, bajo la atenta mirada de una espléndida luna de agosto, cantó El Puma sus más bellas canciones. Su voz, la que tanto ha encandilado al mundo, conquistó, una vez más, al público español. Su repertorio, tan bello como su propia carrera como artista excepcional, cautivó a los miles de espectadores que allí tuvimos la fortuna de congregarnos. Eran muchos años de ausencia los que, El Puma, nos tenía “castigados” y, semejante dolor, lo llevábamos en nuestra alma. Convengamos que, escuchar a este cantante venezolano no es otra cosa que, un lujo inmenso para quienes somos capaces de amar las canciones de siempre, es decir, la música eterna. Tras cuarenta años como artista, para El Puma, parece que no han pasado los años; su figura y su voz, en perfecto binomio, dieron la medida exacta de la grandeza de un cantante singular.

El bolero, en la voz de este artista es algo insuperable; los más bellos boleros junto a todo el repertorio de sus lindas canciones fueron la causa y motivo para que, millares de personas se estremecieran con sus melodías; jóvenes y menos jóvenes, todos vibraban al unísono, señal inequívoca de que, la música buena es eterna y, mucho más, cuando en la voz de El Puma queda inmortalizada para siempre. Los años confabularon a favor de este hombre y, las hojas muertas de los calendarios, como se comprobó, no hicieron mella en el cuerpo y sentidos de este artista irrepetible. El Puma ha sufrido, para su dicha, de alguna que otra intervención de cirugía plástica, nada es más cierto; pero no es menos verdad que, este artista ha logrado, con cirugía o sin ella, detener el tiempo, sin lugar a dudas, la obsesión de todo mortal.
Quiénes tuvimos la dicha de admirarle en tan mágica noche, con toda seguridad, tendríamos que agradecerle que, escuchando sus melodías, teníamos la impresión de que, los años, no pasaron para nadie. Era, claro, las melodías que podíamos escuchar ayer y que, hoy, una vez más, tan bellamente escuchábamos. La música eterna como son sus canciones, en definitiva, nos inmortaliza a todos, no en vano, como explico, al escucharle, todos teníamos la sensación de ser un poco más jóvenes. En realidad, tenemos que agradecerle a El Puma que nos llevara por el mundo mágico de los sueños como son sus bellísimas melodías. Escucharle, sin lugar a dudas, es volver a vivir; volver a sentir y, los más, al amparo de sus canciones, un día, pudimos sentir que estábamos enamorados.
Según nos contara El Puma, sólo estará en una breve gira por España puesto que, sus compromisos por Hispanoamérica, así como en Estados Unidos, le reclaman a diario. Como explico, un lujo tremendo el que nos dimos puesto que, quién sabe, igual pasan algunos años para que, una vez más, la apretada agenda de José Luís Rodríguez, tenga un hueco para regresar a la España que tanto quiere y que, sin lugar a dudas, es ídolo admirado. Ha sido en Alicante y, como explico, en contados lugares del suelo patrio donde El Puma dictará, con su voz, el más bello de los discursos, sencillamente, cantándole al amor, a la vida y, como él confesara, siempre, bajo el amparo de Dios.