Esta mañana, en mi coche, escuchaba la entrevista de Catherine Breillat, cineasta francesa muy conocida . La prensa se interesa mucho a su trabajo porque a desafiado la censura. El cine de Breillat desarrolla un unico tema recurrente y unico: el deseo de las mujeres. Esta entrevista me perturbó, tenía el sentimiento que me preguntaba algo sobre los fundamentos de la corrida.
A la hora en que algunos critican el arraigo de la fiesta taurina en la tradición, era reconfortando oír a una mujer causar la intrusión de la corrida en el universo artísticos, por sus observaciones.
Catherine Breillat no podia explicar sus relaciones con sus protagonistas durante la realisacion de sus peliculas sin utilisar palabras de tauromaquia : « Es como una faena, el protagonista es como un toro, un animal noble y tengo que buscar con el, el buen ritmo, el temple, tengo que sacar el mejor de si mismo : es decir EL MISMO. Lo pongo desnudo, publicamente. »
Al largo de esa entrevista, las palabras de Catherine Breillat hacian como un eco en mi mente, y pensaba en la escencia de la tauromaquia, un arte potente que da una realidad humana al arte.El torero, como el actor, “no es una inútil bailarina”. El cine para la cineasta es « una mística que dice cosas a través de una lectura simbólica que no se puede hacer racionalmente. » Ella que pone en peligro sus actores, dice : « no hay arte sin peligro ».
En esos momentos me recuerdo de la inminencia, el tiempo subdividido, la fracción de segundo que te lleva en el movimiento de una muñeca, el momento de un lance eterno que te levanta el alma cuando la sombra negra roza las miríadas de lentejuelas encendidas por el sol de la tarde.El segundo vuelve eterno, el gesto es largo, mudo, la gramatica de la violencia se désarolla, como si se materialisaria el prohibido. Erotismo y muerte, union de los contrarios, confrontación de las fuerzas.
Al cine como en una plaza de toro participamos a un instante a cortarte el soplo, fascinado, trastornado a veces.
Con su esencia trágica la corrida no es un deporte, sino un arte. Es por eso que nunca se prohibirá la corrida , porque no se prohíbe el arte.