El indulto, es sin duda una figura incluida dentro de los cánones de juicio de una corrida de toros; pero,… pero…, pero: ni todos los indultos merecen serlo, ni todas las plazas merecen tenerlos.
Vamos aclarando conceptos: un indulto en Madrid, Sevilla u otras plazas del orden, es un indulto merecido, por varios factores y quizá el más importante, sea el conocimiento que tiene su público.
Ahora, si hablamos de indultos, por ejemplo en la Plaza de Toros Quito, pues; cambia la cosa un buen tanto porque, el público que copa los graderíos del Coso de Iñaquito, es un público más interesado en saber que, lastimosamente, conocedor y, es entonces cuando uno se pregunta: ¿qué tan válido es un indulto en Quito, que a pesar de ser la Feria más importante del país, juzgada con ojos internacionales; quedaría en una simple feria de segunda?.
Y claro, la cosa se agrava aún más cuando, los indultos se dan en placitas pueblerinas como Riobamba y otras del orden; ahí el panorama es aún más oscuro porque los animales lidiados, apenas si llegan a novillos, en su gran mayoría cumplen apenas con lo que se espera de novillos en ferias más importantes y, ahí salta la pregunta: ¿se indulta al toro por su calidad o por “patrioterismo pueblerino”?.
Desgraciadamente es, por lo segundo, porque no hay capacidad de ver los errores de los “matadores” de la tierra. Si un torero de fuera, (no digamos origen) no cumple, ¡pues, con ponerlo como camote!, todo queda arreglado, pero ese “patrioterismo” lleva a las masas casi siempre, bien intencionadas, ilusionadas e ignorantes a evaluar faenas más allá de toda lógica taurina y pedir “indultos”.
No podemos olvidar que, hay ciertos “maestros” que saben que en el estoque fallan y, manejan al público para lograr que se pida el indulto, (insulto casi se podría decir) de animales que, ni cumplieron en varas, ni han demostrado las cualidades espectaculares que exige el indulto y lo que es más grave, lográndolo muchas veces; de esto saben, un rato largo Enrique Ponce de España y Mariano Cruz Ordóñez de Ecuador.
Habría que plantearse un reglamento distinto, al menos en Ecuador, para las plazas de segunda y tercera; en lo que refiere al indulto de “novillos” que se lidian como toros y que, al final y a la postre, si los ganaderos respetan el nombre de sus ganaderías; no deberían de padrear y si un animal indultado no va a padrear:… ¿de qué sirve?.