Vuelven de nuevo los festejos taurinos en la capital de la República. El próximo fin de semana inicia la temporada de verano en Bogotá, que constará de cuatro festejos, dos novilladas sin picadores, una con los del castoreño y una corrida de toros como colofón al ciclo.
Que bueno, de nuevo la magia del espectáculo taurino en nuestra ciudad. Aunque la temporada de mitad de año ya está en pleno furor en Colombia la cita en la Santamaría gana en importancia por concitar la atención de todos los taurinos del país y por empezar a llenar un espacio necesario entre los aficionados capitalinos ávidos de toros “en vivo y en directo”, que desde finales del mes de febrero no teníamos el placer de disfrutar.
La gestión de estos festejos de mitad de temporada en las principales plazas del país ha cambiado, ahora se ha puesto de moda y es más eficaz que los gestores de las plazas vinculen a la empresa privada al espectáculo, la entrada a las corridas es gratis pero igual se debe mostrar una boleta que previamente se entregan a las empresas interesadas que se vincularon a la organización. De este modo se logran dos objetivos, se financian los festejos y se va creando afición, porque asiste mucha gente que no ha tenido la oportunidad de vivir una corrida de toros y pueden quedar prendados por el embrujante y apasionante ambiente taurino.
Los pioneros fueron los empresarios de Manizales con su ciclo de novilladas novembrinas, que fue todo un boom hace unos tres años, la idea se fue esparciendo por todo el país, siguió Cali y Bogotá lo adoptó desde el año pasado. Además de poder celebrar corridas la plaza se llena, creando un mejor marco para cada festejo y tanto el aliciente como la responsabilidad se torna mayor para los toreros o novilleros actuantes. En otras épocas seguramente hubieran asistido dos mil personas a la plaza para ver las novilladas y si acaso cinco mil a la corrida.
Pero a todo esto , que es muy bueno, hay que necesariamente sumarle el condimento de autoridades bien serias, pues se deben tener muy definidos los criterios de las presidencias porque al haber tantos espectadores nuevos la petición de premios se torna folclórica y lo que no se puede hacer es enseñarles mal y tampoco jugar con la categoría de las plazas y menos con la de la Santamaría.
Lo que se va a ver
Hay novilleros para todos los gustos, viene David Lemus de Manizales y César Manotas de Cartagena, que están sonando fuerte en el ambiente novilleril, los acompaña el novillero bogotano Juan Solanilla y se las verán frente a astados de Santa Rosa. La tarde siguiente se anuncia a Juan Camilo Alzate, de buen cartel en Cali, a “El Tutú” que funciona mucho por la provincia y a Victoriano García, con novillos de El Manzanal.
Para la novillada con picadores está José Luis Robayo que viene a demostrar que está ya cuajado para la alternativa, lo mismo que ocurre con el sincelejano Héctor José, además está el aliciente de volver a ver los novillos de “Fuentelapeña” que hace bastante tiempo no venían a Bogotá, a ellos los acompañará el rejoneador Jorge Enrique Piraquive.
En la corrida de toros se confirmará la alternativa a Ricardo Gómez, torero que no se le ha visto en las principales ferias del país a excepción de Medellín, y actuarán con él dos toreros que necesitan mostrarse como lo son Alejandro Gaviria y Cristóbal Pardo, estará con ellos la rejoneadora Laura María y lidiarán toros de Armerías.
Por tanto, frotándonos las manos, tenemos al frente dos fines de semana taurinísimos para saciar la gana de ver toros y para volver a la preciosa Santamaría.
Nota: Espero que el periodista Daniel Samper Ospina, furibundo y acérrimo antitaurino, sea coherente y acepte los mismos argumentos que arguye para defender su publicación, sumida en un escándalo local por publicar fotos que molestaron a algunos católicos, cuando dice que la gente está en la libertad de comprar su revista o no, además del concepto de arte que se manejó en esta situación. Así mismo pasa con la fiesta brava, que él tanto ataca en artículos de mal gusto en los que se burla de los toreros y de todos quienes disfrutamos de los toros. El arte taurino también es especial y algunos lo entienden y otros no y a quien no le guste el espectáculo de los toros está también en toda la libertad de asistir o no y todos tan tranquilos y todos tan respetuosos de los gustos de unos y otros.