En una de las muchas y tradicionales ferias de México, después de uno de los tantos festejos que se organizan, esos infectos que apoyan a la corrupción del espectáculo taurino, se presentó con uno de los matadores en turno, para cobrarle con suma humildad… $300.00 (unos 23 euros) por cada, no diría que toro… aunque posiblemente sí utrero, que despuntaron, ¡dejándolos casi sin cuernos!El cínico infecto… después de cobrar el dinero al diestro, que por cierto no solicitó el acto ilícito, y ya que el empresario que lo había autorizado… no quiso pagar, le dijo con absoluta sumisión: “Estamos para protegerlo… matador”.
Y, me pregunto… ¿de que tiene que proteger este cínico infecto al torero, cuando es obvio que los diestros conocen su responsabilidad y el peligro que tiene su profesión?
Saben que enfrentar a un toro con edad y trapío es un reto... y nadie se los ha ocultado. Al aceptar ser toreros... conocen de todo lo que implica serlo.
Si los toreros no quieren enfrentar con grandeza la verdad que representa el auténtico toro… que busquen otra profesión, que sea más amable y que no ponga en riesgo su integridad física.
Efectivamente, ser torero implica el riesgo total… un compromiso muy serio en el que la vida misma está de por medio; por eso el común de los mortales les vemos como héroes, por las hazañas que logran realizar en el redondel, burlando la muerte con valor, inteligencia y sensibilidad, para así crear efímeros momentos escultóricos, que trascienden en el espíritu de los diletantes taurinos, por la verdad… la necesaria honestidad que en estos queda implícita.
Por eso… seguir encontrando a estos cínicos infectos, y que además sean salvaguardados por algunos empresarios o ciertos ganaderos que carecen de escrúpulos, resta toda seriedad no sólo al espectáculo que se genera en las plazas que se presente el acto ilícito… cualquiera que sea, sino a la propia fiesta.
Al paso del tiempo, y con los actuales medios de comunicación que avanzan y evolucionan vertiginosamente, se conoce lo que en realidad sucede, y los mitos van cayendo… desmitificándose en proporciones geométricas, por culpa de unos cuantos que no entienden de la grandeza de la fiesta.
Actualmente, en México, existen muchos jóvenes que pueden dar nuevamente lustre y devolver la grandeza con aire renovador a la fiesta taurina mexicana… por eso se hace necesario erradicar a este cáncer que pretende continuar infectando la verdad en la fiesta.
Sin lugar a dudas es un esfuerzo mayúsculo, pero sólo trascenderán aquellos que tengan todo el argumento para consolidarse como verdaderos toreros.