Pocas son las ocasiones, al menos en México, donde se habla de toros en radio, televisión y prensa escrita. Que pena que esto se vaya acabando.
Hace unas décadas en el ambiente de los medios informativos, se prestaba un poco más de atención a la fiesta de los toros, lo cual se ha ido esfumando. En la actualidad sólo se habla cuando hay una cosa extraordinaria, por ejemplo, un torero herido, un salto espectacular de un toro al callejón, etcétera.
Los ejemplos más claros de esta semana, fueron las heridas del subalterno Luis Miguel González, en este caso en el cuello, y la de este sábado, en el segundo festejo de la feria de San Cristóbal Ecatepec, donde Aldo Orozco resultó herido al clavarse una banderilla en el muslo derecho.
Sólo el amarillismo es noticia, los resultados de los festejos salen sobrando.
Recuerdo también, que hace algunos meses, se presentó un programa especial en donde lo único que pudimos ver fueron tragedias, tragedias y más tragedias. El morbo es lo que vende, no hay más.
Nunca se habla de toreros importantes, salvo en los carteles de aniversario en la Plaza México y ya. Lo demás no importa. No hay siquiera algún comentario de un nuevo prospecto, de los resultados de los festejos en el país, etcétera.
Si acaso se hablara un poco de los resultados, de que vienen chicos cortando orejas, creo que el público probablemente, llegaría a tener la iniciativa de incluso trasladarse a alguna otra ciudad, a ver estos toreros y no esperar que lleguen a la plaza de su localidad para verles.
Estos medios de comunicación son muy útiles para que surja nuevamente es afición… esa nueva afición que tanta falta le hace a la fiesta de los toros. Sangre nueva que llene las plazas.
Pocos son los programas que sobreviven, tanto en radio como en televisión y algunos espacios en periódicos, pero es complicado que sean estos, que son escasos, lleven el peso de la fiesta.