Fue un “grito de guerra” años atrás; un ariete contra el gobierno español, manejado por la oposición y esos movimientos sociales que solo son movimientos y sociales cuando se trata de apretar las clavijas y derribar a gobiernos que consideran enemigos, más allá de ser adversarios políticos. Lo tengo ya visto hace tiempo y eso mismo hace que no me resulten creíbles quienes van con la bandera del cinismo y la hipocresía por delante.
Esa no es mi acera, ni antes, ni ahora ni nunca. Las cosas son buenas o malas con independencia de quienes estén en los gobiernos. Los accidentes, de igual manera, tienen el carácter de imprevisibles y, a veces, difíciles de atajar sus consecuencias, sean quienes sean los gobernantes. Pero no todos piensan, lamentablemente, como yo; tienen las ideas prefijadas y apuntan con el dedo acusador de forma diferente cuando es uno u otro el que tiene el poder político. Ahí radica mi renuncia a hacer seguidismo de unos hipócritas y oportunistas.
Lamentablemente, con once cadáveres encima de las mesas de los forenses, estamos viviendo uno de los más trágicos accidentes, provocado por el fuego, del que tenemos memoria. El “nunca mais” no ha salido a la calle, ni está promoviendo algaradas callejeras como cuando un barco con petróleo, llamado Prestige, se hundió y se armó un alboroto de mucho cuidado para reclamar al gobierno de aquel entonces todas las responsabilidades. No hubo muertos, pero aquello fue un movimiento de primera magnitud. Con once muertos ¿qué habría pasado, qué habrían hecho esas masas “sociales”?. ¿Dónde están ahora?. ¿Dónde cuando se hundió un barrio entero en Barcelona?.
Ya decía que nada es igual. Ahora, el Yakolet es de otros. Ahora no habrá gente por los pasillos del Congreso para buscar al que ha sido el carismático presidente de Castilla-La Mancha, Sr. Bono, que no sabemos cómo dejó de bien dotadas de medios e infraestructuras su Comunidad después de tantos años gobernándola. Todo es diferente y es que se hace difícil, ahora, echarle la culpa a los demás. Tampoco es que yo piense que las tienen con carácter criminal los socialistas, pero cuentan con que hay más sensatez en la acera en la que me encuentro yo. Por esta acera por la que yo paseo no se ve nunca a ningún Bardem, ni otros fenómenos de la “cultura” española. Por esta acera caminamos las personas que no hemos heredado nada del pasado que tanto les gusta sacar a pasear, últimamente, a los socialistas.
Y desde esta acera se ve todo muy claro. Hay periódicos, hay emisoras, que en este caso no van a encontrar terroristas suicidas, sólo comprensión para un gobierno incomprendido pues no se ha podido hacer más que lo que han hecho. Eso dirán y eso dicen. Ninguno de ellos se pregunta si estaba cazando el presidente de Castilla-La Mancha, Sr. Barreda, en lugar de requerir el apoyo necesario para sofocar el incendio. Llegó cuando los muertos ya estaban bien muertos. Tampoco dirán la razón de no aceptar la ayuda que ofreció la Comunidad de Madrid para ayudar en las labores de apoyo con medios aéreos para controlar el incendio. No es de interés para mantener viva la llama de los que ya tienen bastante con tenerles en el poder, aunque éste lo ostente un señor llamado Pérez, -se hace llamar Carod- que manda callar el gallinero del PSOE, y su secretario general y Presidente del Gobierno español, va y le hace caso.
Si esto hubiera sucedido dos años atrás, además de los montes de Guadalajara, arde Troya... Si lo de El Carmelo de Barcelona, la mundial... Si se le ocurre a un ministro popular decir que los pisos tienen que ser de 30 metros cuadrados, lo apedrean... Si se hubieran paralizado unas obras previstas de la envergadura del trasvase previsto en el PHN, lo ahogan... y así hasta donde ustedes quieran. En esta acera, tranquilo, sin pasado, sin ataduras y sin filiación política, lo veo todo muy claro.
Desde esta acera, con sana prudencia, sin progresismo, -que no sabemos muy bien para qué sirve, salvo para enredar- reclamamos el nunca mais. Pero nunca mais a estas tragedias; nunca mais a las disputas políticas interesadas y diferentes; nunca mais a la utilización de los accidentes y tragedias para acusar, incluso de criminales, a los gobernantes. Unos insensatos hicieron una barbacoa y, sin medir las posibles consecuencias, ha ardido el monte y ha costado vidas humanas. Otros insensatos han encendido una mecha de enfrentamiento en España entre buenos y malos; de izquierdas o de derechas, de quitar las estatuas de unos o de otros; de buenas asociaciones de víctimas y malas; de españoles al cien por cien y de independentistas; de matrimonios reproductores de vida y oportunistas de crear familias artificiales; de archivos completos y darme lo que me pertenece; de una nación o dieciséis naciones a la carta... y así sucesivamente, y sin medir las posibles consecuencias, puede que termine ardiendo España y que cueste vidas humanas.
Entre tanto, nos quedamos sin las olimpiadas por las “buenas relaciones” que tenemos con el mundo anglosajón, mientras Marruecos “la bella” daba los votos a los franceses y cerramos la comisión de investigación del 11M, ya que el Presidente lo tiene todo muy claro. Como “El Chino” que dejó dicho en documento escrito que se aceleró la reivindicación del atentado para derribar al gobierno del PP. Será por eso por lo que lo tiene tan claro el Presidente. Yo digo, bien alto, desde esta acera en la que paseo, sin presiones progresistas: NUNCA MAIS... de todo lo relatado.
