Pareciera que en México, los que no acaban de cambiar, para encontrar de nuevo el camino hacia la grandeza de nuestra fiesta, son, fundamentalmente, algunos empresarios que viendo el panorama tan desolador… quieren seguir imponiendo, como eje de sus espectáculos a… diminutos pequeñajos, engordados artificialmente, que hacen pasar por el imponente toro con edad y trapío. Bajo la absurda consigna de que se deben lidiar “toritos agradables” para los jóvenes –ya la vetusta baraja no importa a nadie por eso mismo-, pretenden de esta manera asegurar... un supuesto triunfo estos intentos de empresarios –a pesar de que ya sumen muchísimos años en esta actividad- y mientras continúan hundiendo a la fiesta en el engaño; lo peor de todo, es que además creen, que el público tiene que aceptar este fraude, porque, según ellos, no saben de toros.
¡Vaya manera de minimizar a la parte que da vida y razón al espectáculo!
No obstante, con esto de lo de los “toritos agradables”, al margen de que este irracional concepto, termina demeritando a los propios jóvenes, porque sólo demuestra que para estos “empresarios”... los impresentables pequeñajos pueden asegurarles el triunfo, se llega a entender, que dudan de las capacidades de los bisoños, y esto o es una realidad, o es un insulto.
Aunque pareciera que realmente, su objetivo… el objetivo de todos estos intentos de empresarios es… defraudar para quedarse inmersos en la miseria, en lugar de buscar apoyar a esos jóvenes toreros, que teniendo cualidades pueden consolidar una importante tauromaquia, y con esta deformada forma de pensar, acaban viendo destrozadas sus aspiraciones.
José Carlos Arévalo, director en Europa de la revista 6Toros6, en la entrevista que le hiciera Julio Téllez y que se transmitió en el prestigiado programa taurino mexicano Toros y Toreros, habló claro y contundente, cuando hizo referencia al tema que en este momento nos ocupa: “Un empresario no puede ser aquella persona caprichosa y juguetona e irresponsable. Se necesita un renuevo generacional también en la filas de los empresarios”.
¡Claro que se necesita un inmediato renuevo en las filas de los empresarios taurinos mexicanos!, un renuevo generacional que limpie de esas impurezas que han contagiado con ese virus de la corrupción a nuestra vilipendiada fiesta taurina mexicana.
No se puede entender que toda esa importante cantera de jóvenes, que pueden devolver en este momento la grandeza a nuestra fiesta, de inmediato queden infectados por el virus de la corrupción, para volver a imponer el engaño en nuestra fiesta, y por tanto… un todavía mayor alejamiento del respetable, a tan importante tradición de la cultura popular.
Es el momento de exigir sin tasa ni medida... reclamar con la mayor fuerza... a todos esos asaltantes de la verdad en nuestra fiesta, a esos que le han robado la esencia y la han convertido en una vulgar parodia… ¡se vayan para que así dejen de continuar haciendo tanto daño!
Y sin embargo, es tanta su soberbia… que si la gente se ha ido alejando de los cosos taurinos mexicanos, es por culpa de ellos, y no lo entienden.
A los jóvenes hay que apoyarlos con la verdad… con honestidad, para que su desarrollo y posterior evolución profesional, torne en forjar auténticos toreros que vuelvan a dar lustre a la tauromaquia nacional. Y esto sólo se logrará enfrentándolos en todo lugar a la irrebatible verdad del auténtico toro íntegro.