Tras unos días de vacaciones fuera de España, me pongo delante del teclado para trasladar una nueva opinión. En este caso es bastante frustrante pues, como indica el titular, no hay afición a los toros.
Alguien se ha encargado de hacerles saber días atrás de que estaba por tierras canadienses pasando unos días de vacaciones; conociendo un maravilloso país donde no encontré anunciado ni un solo festejo taurino. No anuncian ningún cartel de toros cuando realmente se podría, ya que la ascendencia francesa en la provincia de Québec podría haber llevado hasta allí las corridas de toros. No ha sido así hasta ahora, pero deberían intentarlo los franceses, como ya han hecho en toda la zona sur de su país. Esa pujante actividad taurina en el sur de Francia, bien podía llevarse hasta esa parte del norte de América. Además de las famosísimas Cataratas del Niágara, podrían tener cataratas de festejos con Morante, con El Cid o Rincón. Que alguien de el paso.
Pero el motivo de estas letras no es que se den festejos taurinos en Canadá, sino que al igual que allí no existe afición a los toros, en ese caso por desconocimiento, lo peor es que no existe afición en los países donde la fiesta tenía que estar arraigada. Ese es el problema.
Durante este viaje del que les he hablado, realizado con un buen grupo español, no he encontrado nadie con quien mitigar la distancia de la actividad taurina. Triste realidad, que entre un grupo numerosos de españoles, ni uno solo tenga interés por la fiesta. Ese es el resultado de años de darle a la Fiesta un trato tan deplorable que ha impedido que la gente esté cerca de la que se considera la fiesta española. Ni de lejos, hoy, se puede considerar así. Lejos de interesarles el tema, huyen de quien les quiera referir algo sobre los toros. Una fiesta instalada en la raíz del pueblo español es, hoy en día, una antigualla.
Pero no es eso solo lo peor. Lo peor es que en México sucede lo mismo o peor. He encontrado numerosos mexicanos a lo largo del viaje. Gentes instaladas y trabajando en Canadá y otros tantos en viaje turístico. Con todos he entablado conversación y en cuanto ha sido posible el tema de los toros lo he puesto encima de la mesa. Ni por esas he logrado despertar el interés. Es más, con un grupo de jóvenes mexicanos, estos me llegaron a decir que creían que en la capital de México había mucha afición. ¡Pobrecillos! creen que hay afición en donde la plaza más grande del mundo se convierte, un día sí y otro también, en la plaza más vacía del mundo. Y dicen que creen como si la fiesta a ellos les resultara totalmente ajena.
Triste realidad esta de que no hay afición a los toros. Los dos países más importantes en la tauromaquia de toda la historia, son meros depositarios de una fiesta secular para distraer a unos cuantos nostálgicos; los demás de esa fiesta prefieren no saber nada. Doloroso asunto este que he vivido en tierras canadienses. Y no es que uno no sepa la decadencia a la que nos han ido llevando las distintas actuaciones habidas en las últimas décadas, sino que pulsarlo, fuera del ambiente taurino, a modo de encuesta, y encontrarse con esta realidad tan aplastante, es deprimente. En círculos cerrados, de taurinos, no se palpa la realidad vigente. Ya no queda ni el tópico de España: flamenco y toros. Ni eso.
Todo el viaje ha sido un éxito. Presenciar maravillas de la naturaleza, así como ciudades con atractivos suficientes compensa muchos días de trabajo. Descubrir cómo una tradición y una fiesta secular es la nada en un país no taurino no es sorpresa. Lo sorprendente, por doloroso, es no encontrar entre las gentes de España y México que te encuentras en ese viaje, a nadie al que la fiesta le interese. Los taurinos que son los responsables de cuanto sucede en la fiesta, deberían tomar nota de esta decadencia. Ya se sabe por ver las plazas vacías, pero peor será en el futuro, muy inmediato, al ver como se desenganchan españoles y mexicanos de esa fiesta que les ha sido ofrecida en los últimos tiempos.
Ahí está la realidad. No existe afición a los toros y alguien debería pensarse cuál podría ser la solución. Desde Opinionytoros sólo conocemos una: Toro íntegro y Toreo auténtico.