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¡Qué tarde de toros! Pepe San Martín confeccionó un interesante cartel juvenil con Fernando Ochoa, José Luis Angelino y Omar Villaseñor, festejo que tuvo como prólogo la estupenda actuación del novillero Juanito Chávez, quien demostró y por mucho, las importantes cualidades que posee ante un bien presentado utrero, que al igual que los seis toros de la corrida, fue bravo y encastado. Por fallas con el acero, Juanito Chávez perdió un oreja. Fernando Ochoa ha sido el triunfador al dejar en esta pintoresca plaza dos faenas templadas, dándole largueza al trazo, rigor al sentimiento y belleza al efímero conjunto escultórico. El desatino con el acero le llevó a dar sólo una merecida vuelta; no obstante, al dejar en su segundo un certero estoconazo, el respetable exigió le autorizara el señor juez (presidente) dos orejas. El tlaxcalteca José Luis Angelino es un joven que en cada festejo sale a entregarse sin tasa ni medida. Tuvo, este 2 de febrero, un lote distinto en cuanto a comportamiento. Mientras su primero acudía con encastado poder a su muleta para así sumar pases de innegable valor, su segundo fue un manso huidizo que desistió pronto de embestir. Estuvo mal con la espada en su primero, quedando todo en una muy digna salida al tercio; y con el quinto de la corrida, después de un espadazo fulminante, cortó una merecida oreja que exigió el público que llenó la plaza. Quien anduvo perdido toda la tarde fue el bisoño Omar Villaseñor, su falta de técnica se hizo notoria y por consiguiente careció tanto de poder y mando, por lo que sus astados estuvieron por encima de las posibilidades de Omar. Así, después del desolador silencio en su primero, en el que cerró plaza llegó a recibir dos palizas que pudieron haber sido dos cornadas, una en el escroto y otra en el abdomen. Nuevamente escuchó el nada alentador silencio. Se lidió un encierro correctamente presentado de doña Celia Barbabosa, bravo y encastado, a excepción del penúltimo del festejo. El ganadero César Barbabosa y Pepe San Martín, a invitación de Fernando Ochoa en el quinto de la tarde, dieron vuelta triunfal con el torero. Como preámbulo, se llevó a cabo el tradicional convite organizado por bellas manolas, presidido por la reina. Lamentablemente los toreros no quisieron acompañarlas. |
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