Pablo Hermoso de Mendoza cortó un rabo gracias a su paisano que vino como su peón de confianza. Tras una habitual faena... espectacular, le concedieron dos orejas, no obstante, el subalterno español provocó al estar moviendo el rabo de la res muerta, que el público lo exigiera, y así al final sumó con las dos orejas de su primero... Cuatro y un rabo. Reapareció Manolo Arruza y mostró esos aires de tauromaquia añeja, plena de buen gusto y calidad. Escuchó palmas en su primero y fortísima ovación en el tercio en el que fue su segundo. Rafael Ortega, toda voluntad y entrega en él, como habitualmente es su costumbre. Lució en el segundo tercio con exposición en ambos ejemplares. Lástima grande que tuviera fallos con el acero. Silencio en ambos. Los toros de Begoña, bien presentados peleando en varas y mostrando la complicación propia de la edad y con movilidad. La entrada ha sido otro lleno en tarde con agua-nieve. |