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Algo más de media entrada, tarde preciosa, los toros de Manizales de los herederos del Doctor Ernesto Gutiérrez y un cartel interesante con representación española, francesa y colombiana: Ferrera, Castella y Bolívar, que se vistieron del mismo color, azul y oro.
 Castella, de azul y oro, indultó a 'Boticario'. Foto: Agnès Peronnet Trajo el ganadero paisa una corrida diferente a la que nos tiene acostumbrados, no me voy a referir al peso, que en Cali desde siempre deja suficientes dudas. Me refiero a su morfología. Se lidiaron 5 toros bien hechos, con culata, algunos largos y creo que exceptuando alguno por allí, con la edad reglamentaria y un sexto, ese sí un aleprus de lo que tradicionalmente sale de esa ganadería. Todos sin excepción, pobres de cabeza.
La corrida se movió en general, dentro de su mansedumbre, que fue más acusada en el primero que por fortuna cayó en manos de este nuevo Ferrera.
Bolívar lidió tercero y sexto arrancándole de a oreja a cada uno en una labor de mucho gusto y entrega.
Y Castella probó las mieles del segundo de la tarde, Boticario, un toro de dulce, embistió sin parar, por ambos pitones y transmitiendo sin hacer un solo extraño. Nada especial en el caballo. Pero si una maquinita de embestir. Lo indultó Cali en coro y el presidente sin mayor esfuerzo.
El segundo de Castella fue el aleprus, que encima de feo, no trajo nada bueno del campo.
La gente salió satisfecha, después de los baños de hiel de las tardes anteriores.
Se cierra la feria con una corrida de Mondoñedo, para Segio Flores, Juán de Castilla y Colombo. De nuevo, cartel tri nacional, México, Colombia y Venezuela.
QUE DIOS REPARTA SUERTE.
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