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Con más de tres
cuartos de entrada se han lidiado toros de Domingo Hernández y
Garcigrande 3º, 5º y 6º, desiguales de presencia, algunos muy
pobres de cara, nobles y manejables, salvo el 1º con genio.
El Juli, Ovación y
Ovación tras aviso
Manzanares, Ovación
y Dos Orejas
Roca Rey, Dos Orejas
y Oreja tras aviso.
 Foto archivo Hubo de todo,
como en botica, en el encierro de Garcigrande-Domingo Hernández.
Con genio y soltando
la cara el primero. Noble el segundo. Con mucho fondo el tercero. A
menos el cuarto. De buena condición el quinto. Rajado el que cerraba
plaza.
Sacó pies en
banderillas el primero, un toro brocho, que tuvo movilidad al último
tercio, pero con genio en la embestida, soltando la cara. No se
encontró cómodo El Juli, crispado por momentos, también le molestó
el aire. Tiró de raza y oficio el madrileño, destacando una tanda
al natural, en el tramo final. Pinchazo y estocada entera, trasera y
caída.
Desafortunada la
cuadrilla de El Juli en el cuarto, durante el tercio de banderillas.
Manejable toro en la muleta, pero con poco fuelle, en la segunda
tanda con la lengua fuera. Muy por encima El Juli, lo administró,
dándole tiempo entre tanda y tanda. Le faltó toro, intentó sacar
lo que no tenía, por ambos pitones. Pinchazo y descabello.
Manzanares, en su
segunda comparecencia en el coso del Paseo de Zorrilla, pechó con un
toro impresentable, muy pobre de cara, protestado por el público
este segundo. Manzanares firmó un trasteo tan pulcro como despegado
y falto de compromiso, en la corta distancia. Contundente con la
tizona, soltando la muleta.
Manzanares jugó los
brazos a la verónica con prestancia en el quinto, un toro con mejor
fachada que el resto del envío, cumpliendo en el caballo.
Muy torero
Manzanares en el inicio de faena por bajo, empaque tuvo el cambio de
mano y pase del desprecio. Pulseó sobre la diestra, la pastueña
embestida de “Amarrado”, cosido a la muleta. Se sucedieron las
tandas con ritmo y buen tono, en redondo, así como un circular
invertido en el tramo final. Espadazo hasta la gamuza, en la suerte
de recibir, del que salió rodado sin puntilla “Amarrado”.
Roca Rey dejó a las
claras sus intenciones en sus gaoneras de inicio, sin renuncias.
Comenzó con sobresalto la faena, se le vino por dentro el animal
sobre el izquierdo, en su apertura por alto. Ambicioso inicio, con
cambiados por la espalda incluidos. Insultante el sitio de Roca Rey
con un toro que tuvo excelente condición por el derecho, pues
embistió por abajo, con recorrido. El limeño lo cuajó, todo se lo
hizo muy por abajo, con mando, temple y ligazón. “Descarado” el
toro, más descarado el torero, que puso patas arriba la feria, una
auténtica apisonadora. Vistosos los remates por faroles en las
series. Interminables resultaron algunos redondos en el tramo final,
antes de abrochar una faena, de largo metraje, con inverosímiles
bernadinas. Letal resultó el espadazo. Descabalgó el
sexto, un toro más hondo y cuerna acapachada, al picador que hizo
puerta, un toro que se lesionó de la mano derecha en el capote. Más
rajado que Jalisco llegó a la muleta. Roca Rey intentó, en vano,
sujetarlo en los medios. Le dio fiesta en el tercio, dejándole la
muleta siempre puesta en la cara, sin soltar, no se aburrió,
buscándoles las vueltas. Lo mató de una estocada casi entera
trasera y tendida.
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