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Séptima y penúltima novillada de la Temporada 2018 de la Plaza de toros Arroyo, en el marco de Soñadores de Gloria. Ante un lleno
sin muchas apreturas se lidiaron seis novillos de Pozohondo, bien
presentados aunque de menos a más, y de juego desigual, sobresaliendo los lidiados
en segundo y tercer lugar. Actuaron los siguientes novilleros: José María Hermosillo: al tercio, y vuelta al ruedo. Francisco Martínez: vuelta al ruedo, y al tercio. Saludó por su destacada labor con
las banderillas saludó en el tercio Fernando
García Jr. Pocos momentos sabrosos en la penúltima de Arroyo Tras de las campanadas de Héctor Gutiérrez y Roberto Román, tocó turno a otro par de los novilleros adelantados
del escalafón menor para apartar su lugar en el cartel de triunfadores del próximo
sábado en el Restaurante Arroyo. Los novillos zacatecanos de Pozohondo salieron dos malos y dos
buenos, uno de cada cual en cada lote. José
María Hermosillo ofreció otras tantas pinceladas de su tauromaquia, pero
sin romper, y Francisco Martínez no
logró asegundar su triunfo de hace dos semanas.
Abrió plaza Chicharrón –n. 18, 392 kg.–, un novillo sumamente complicado, áspero,
quedado, esperando, aquerenciado, y otro ciento de problemas. Destacó el Güero
García hijo pisándole el terreno en banderillas. En el último tercio, Hermosillo logró sacarlo del terreno de
tablas para conseguir algunos trazos sueltos con mucha disposición y sitio,
sobre todo por el lado derecho. Mató de estocada desprendida echándole
habilidad. El hidrocálido le hizo faena al
tercero de la función, Tlalpeño –n. 10,
434 kg.–, bien presentado, aunque sospechosamente romo de pitones. De juego fue
un novillo con motor, nobleza, y clase, que permitió momentos de toreo largo
por el pitón derecho, y de ligazón por naturales. Durante la primera mitad de
la faena armó un buen lío con su calidad, es un chico alto al que le vienen
bien los muletazos de aquí hasta allá, que, evidentemente, le llegan al
aficionado capitalino. No obstante, le cuesta mantener las faenas con ritmo
ascendente, máxima si se pasa de faena como con tlalpeño. Pincho en dos
ocasiones antes de dejar todo el acero para dar una vuelta al ruedo. Sus paisanos le están ganando la vanguardia a Hermosillo Francisco Martínez tuvo estupendos pasajes con el capote y las banderillas
con el primero de su lote, Escamol –n.
32, 424 kg.–, al que recibió con un manojo de verónicas de al ralentí. Vaya
siete u ocho lances antes del remate, que exhibieron las condiciones del noblísimo
y pastueño utrero. También Hermosillo tomó nota de las buenas condiciones de la
res, e intervino en su turno al quite con saltilleras, a las que el
guanajuatense respondió con gaoneras antes de cubrir con lucimiento el tercio
de banderillas. Todo perfecto hasta aquí, cuando se le acabó el gas a Escamol, reduciendo el último tercio a,
prácticamente, un trámite. Mató con eficacia y le dio la vuelta al anillo.
El cierra plaza fue el imponente número
64, Tlacoyo, de 410 kilogramos. Además
de la percha y la lámina de toro del negro zaino, poco más se puede contar. Desde
el principio marcó su tendencia a dudar la arrancada, tardo y débil, por lo que
Martínez no lució en el primer tercio, y el segundo lo cubrió con discreción. Con
la muleta pasó un rato sin mayores sobresaltos, aun cuando el novillero intentó
desplantarse en los pitones de la res volteando al tendido, donde solo encontró
indiferencia al inicio, y reproches al final. Mató de estoconazo y saludó en el
tercio. Apenas chispazos de Francisco Martínez con la muleta El próximo sábado a las 13 horas se
lidiarán cuatro novillos de San Felipe Torres
Mochas, aunque no se ha determinado la combinación de triunfadores que les
harán frente.
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