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Con casi un tercio de entrada se han lidiado toros de Fermín Bohórquez. mansos y de nulo juego en conjunto. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Iván Fandiño.
Fortes, silencio en ambos
Álvaro Lorenzo, silencio en su lote
Joaquín Galdós, ovación y silencio.El peruano fue el único que escuchó una ovación. Foto: Plaza1 Tras el larguísimo San Isidro, hoy hemos vuelto a Las Ventas a presenciar la corrida programada este domingo diecisiete, con toros del hierro de Bohórquez, que mejor no hubieran venido, para tres toreros queridos en la capital de España, pero su gozo en un pozo hondo; el cartel lo encabezaba el malagueño Fortes, el toledano Álvaro Lorenzo y el limeño Galdós, que pusieron de su parte todo para poder quedar bien ante el público que se presentó en la plaza, pero era imposible sacar algún partido a los seis bueyes que fueron apareciendo por la puerta de los “sustos”, ni Joselito “El Gallo” resucitado hubiese sacada partido alguno. Yo por mi parte me aburrí como una ostra, menos mal que duró poco, una hora y cincuenta y cinco minutos.
En algunas ocasiones solemos echarle las culpas al dios Eolo, pero en esta ocasión la culpa toda todita toda la ha tenido el encierro de Fermín Bohórquez, por enviar a la plaza más importante del planeta taurino, seis bueyes, desrrazados, descastados, sosos y fofos, eso sí bien presentados, bien armados, pero sin nada dentro, ninguno de los seis ejemplares sacó la cara por los colores de su divisa, cuatro de ellos pitados camino del patio de arrastre, los otros dos silenciados. El peso medio en la romana fue de 570 kilos.
La terna con mucha disposición y ganas, pero con esos oponentes era imposible hacer algo que llegara hasta los tendidos, lo que hicieron fue lo más acertado, torearlos por la cara, tocarles los costados y quitárselos de encima, el único de los coletas que consiguió una ovación y saludar desde el tercio fue el peruano Galdós en el que hizo tercero, los otros dos silenciados en sus lotes.
Fortes con su primero Tras el éxito en San Isidro de Fortes, es de suponer que lo repetían como si se tratara de un premio, pero el tiro salió por la culata; un manso y con pocas fuerzas, paradito fue el bichito que abrió festejo; con el que estuvo el malagueño aseadito, pero dadas las condiciones del bichito, pronto dio cuenta de él de un pinchazo sin soltar, tres cuartos de espada algo tendida y para el tiro de mulillas. El cuarto protestado por perder las manos, en ese por lo menos vimos torear a Fortes con el percal con unas verónicas meciendo los brazos. No sé lo que le vio que se fue a la boca de riego y brindar al respetable, inició faena con el cartucho de pescado, pero allí quedó todo pese a la enorme voluntad, nada era posible con el buey, lo lidió para cuadrarlo y matarlo de una estocada entera desprendida y un certero descabello.
Lorenzo a la verónica Otro manso para el toledano Álvaro Lorenzo, bueno fue el saludo capotero por verónicas acompasadas por ello las palmas del público. Antes de iniciar labor se fue a los medios y brindó al cielo a su compañero Fandiño; por alto sus inicios ganándole los terrenos, los redondos fueron decorosos, mejor fue la segunda tanda, pero con la mano contraria no dijo nada no llegando a los tendidos, el torito vino a menos y con buen criterio entró a por uvas entre las dos rayas en la suerte contraria dejó una estocada casi entera un pelín delantera que surtió el efecto deseado. Su segundo que era un buey, mansurrón y escarbando, lo saludó con cinco verónicas de buen corte que se aplaudieron con fuerza, quite de Galdós que no perdona ni una. Inició faena con pases por alto saliéndose fuera de rayas, consiguió aplausos al torear por ambos pitones a media altura, pero no consiguió conexión con las gradas, desfondado el torero y el burel a por la espada de verdad, de entrada pinchazo sin soltar, luego le metió la mano dejando una estocada entera arriba entrando por derecho, doblando el manso animal.
Galdós al natural En tercer lugar saltó a la arena otro mansote que escarbaba. Galdós simplemente lo recogió con el capote y punto. Con la pañosa estuvo aceptable, ese trincherazo se aplaudió por su ejecución, con la zocata, naturales sueltos siendo el forzado lo mejor, lo intentó nuevamente con los redondos. Dadas las condiciones del animal, lo trastea, lo cuadra, entró a matar en la suerte natural, dejando una estocada entera arriba, fue lo mejorcito ya que entró por derecho, dobló el animalejo. Cerró plaza un animal pesadito de kilos, el limeño estuvo decoroso con el percal. Con el trapo rojo, sacó al mansurrón con suavidad a las afueras casi llegando a los medios, demostró voluntad y ganas, pero cuando no hay antagonista no hay nada que hacer; le tocó los costados, lo cuadró y lo despenó des dos pinchazos sin soltar, un cuarto de estocada y seis descabellos.
De las cuadrillas no hay nada que destacar.
Vaya tardecita y nos la queríamos perder.
Fotos: Muriel Feiner
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