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Hoy se ha celebrado la que tradicionalmente es conocida como la corrida más importante del año, la Corrida de Toros Extraordinaria de la Beneficencia. Que de Beneficencia, ya le queda poco, porque los diestros que en ellas hacen el paseíllo, se llenan bien los bolsillos de billetes. Y donde los triunfadores de la feria, ya no torean. Se ha terminado convirtiendo en un día más de este maratón isidril, que incluso este año no ha conseguido acabar con el papel en taquillas.
Ha cortado una orejita justita Ginés Marín. El año pasado nos encandiló a todos los aficionados, cuando de recibir la confirmación de alternativa de manos de Julián López “El Juli”, consiguió plantear una faena muy emocionante y salir a hombros por la Calle Alcalá.
 Bernadinas finales ejecutó Marín para optar a la oreja Pero este año ha sido diferente. En su primer día en la “pantomima” de la Corrida de la Cultura, que hizo mano a mano otra vez con Julián, no nos dejó mucho de interés. Y hoy ante un lote de Alcurrucén que sin terminar de ser bueno, se merecía estar mucho mejor de lo que estuvo el espada extremeño. De la faena de la oreja, solo podemos resaltar dos muletazos sueltos por el pitón derecho, luego con la izquierda la labor bajó en intensidad porque estuvo siempre colocado muy al hilo del pitón, bastante fuera de sitio. En el sexto un animal con movilidad, se limitó a acompañar las embestidas, sin llevarlo nunca toreado. Va camino de ser un torero del montón y no destacar para nada, cosa que lamento porque el año pasado a mí personalmente me ilusionó. No quería dejar sin mencionar la actuación del presidente hoy, concediendo una oreja después de una faena que no rompió en ningún momento y en la que dudo que hubiera petición mayoritaria. ¿Qué estará pensando el pobre Fortes, cuando a él le negaron la oreja al inicio de la feria, después de una faena mucho mejor que esta?. Y la decadencia que estamos viviendo en la plaza de Madrid, con cada vez menos aficionados y mas publico fiestero, orejero, que lo único que le importa es el triunfalismo.
Cuando ya abandonaba la plaza, en dirección al metro, un buen amigo mío, me dio otra mala noticia. Y es que mañana es muy posible que no podamos ver los toros de Rehuelga, por el doble rasero de medir de los veterinarios en los reconocimientos. “Tiene narices, después de animales impresentables, que nos hemos tragado a lo largo de toda esta feria”. Me lamenta muchísimo esto ya que el año pasado me emocionó mucho el toro “Liebre” y el ganadero se merecía volver al coso madrileño.
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