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Hoy volvía a la feria de San Isidro, después de tres años de ausencia, los cárdenos de José Escolar (sino tenemos en cuenta los tres animales del Desafío ganadero del mes de septiembre). Y a mí personalmente me ha decepcionado, esperaba muchísimo más.
Una corrida de toros, bastante al límite de la presencia, de lo que requiere el coso de la Calle Alcalá. Ya veréis como el encierro que va a llevar a los San Fermines de Pamplona, van a ser los animales de la cabeza de la camada. Nunca entenderé, porqué a la primera plaza del mundo, como es catalogada la de Madrid, no traen los toros mejor presentados de cada hierro que se anuncian.
Después en comportamiento el encierro tampoco nos colmó las expectativas, con el juego que sacaron. El único que se salvo un pelín de la quema, fue el sexto de la tarde, con una embestida demasiado pastueña por el pitón izquierdo. El resto de animales se vinieron bastante pronto a menos, echando muy pronto la persiana. Dando síntomas de una gran falta de casta y raza. Hoy se ha aburrido mucha gente en los tendidos, cosa que ayer no sucedió por muy malos que salieran los toros.
 Así acabó la tarde de los 'escolares' Luis Bolívar no terminó de aprovechar la calidad del sexto de la tarde, por el pitón izquierdo. Lo llevó con cierta templanza, pero sin ceñírselo en ningún momento, colocado muy al hilo del pitón. No le puso la transmisión que le faltaba al animal, para que la labor llegara mucho más a los tendidos. El espada colombiano no puede desaprovechar estas oportunidades, si quiere volver a hacer el paseíllo en las grandes ferias.
De los otros dos actuantes, tanto Rafaelillo como el madrileño Fernando Robleño, esperaba muchísimo más. Son diestros que ya llevan muchas corridas lidiadas de este hierro, pero les vi con algunas dudas y ciertas precauciones. Es verdad que el lote de ambos, tampoco tuvo mucho que sacar.
No quería terminar mi artículo sin hacer una mención, a la saña con la que los llamados “periodistas taurinos” han criticado la crónica de Saltillo. Yo a pesar de no gustarme (cosa que ya comenté para OyT ayer), no es para darle con esa dureza. Seguro que se han lidiado muchas peores corridas que estas y el sector taurino se calla. Desde aquí quisiera dar mi animo a José Joaquín Moreno de Silva, que no desista ni tire la toalla, por mantener en pie un hierro de leyenda como es este.
Foto: Muriel Feiner
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