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La Tertulia Taurina Conde de Colombí ha rendido un merecidísimo homenaje a una gran mujer y un gran torero: Cristina Sánchez. Acompañada por su marido, el portugués Alejandro da Silva, también torero, además de apoderado y empresario no taurino, y el hijo menor de la pareja, Antonio, el presidente de la entidad Felipe Díaz Murillo impuso el emblema, el madroño de plata, a la torero.
Tras varias intervenciones, como la del escritor francés Francois Zumbiehl, Cristina dio las gracias, agradeciendo el apoyo de su familia, sobre todo, el de sus padres, su marido y sus hijos. Su discurso de agradecimiento resultó de lo más brillante y emotivo, al igual que su carrera en los ruedos. No podía faltar el hacer referencia a la última tarde que toreó de luces - ¿de momento?- en Cuenca, el día el 20 de agosto de 2016. Cristina explicó que reapareció por una tarde por tres motivos: por sentirse torero de nuevo, por mostrar a sus hijos, ya adolescentes, quién había sido su madre en el dificilísimo mundo del toro y, finalmente, por apoyar una causa muy importante, la Fundación del Dr. Madero para la investigación de cáncer infantil, en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
Confieso que me ha costado escribir un poco esta pequeña reseña porque cuando admiro o quiero a una persona tanto como yo quiero y respeto a Cristina, me faltan las palabras adecuadas para expresar estos sentimientos. Cristina ha sido mi ídolo, junto con Conchita Cintrón, y para mí no es fácil transmitir estas profundas emociones. La primera vez que conocí a la Cintrón, me quedé totalmente muda… mirándola con los ojos como platos y solamente pude asentir con la cabeza. Años después, ella también se convirtió en mi amiga…
Cristina rompió las barreras para nosotras las mujeres en el mundo del toro y añadiría que su gran ejemplo podría hacerse extensivo a otros ámbitos donde la presencia de la mujer no es frecuente.
Le doy las gracias aquí, como hice en el transcurso del homenaje, por todo lo que ha logrado y demostrado con creces en el mundo del toro… y también por ser mi amiga.
Por otra parte, hago un pequeño y anecdótico comentario: me costó mucho aprender bien el español con el “dichoso” subjuntivo y el uso de los géneros que en inglés no existen… y así me cuesta no escribir MATADORA y TORERA…. Además con mayúscula.Cristina Sánchez homenajeada por la Tertulia Conde Colombí Cristina en el uso de la palabra Luciendo el Madroño de Plata con Felipe Díaz Murillo Durante el almuerzo Con los miembros de la Tertulia Cristina a la entrada con su marido, Díaz Murillo, Muriel y su hijo Antonio
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