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Segunda
novillada de Soñadores de Gloria en la Plaza de toros La Florecita, en Ciudad Satélite, municipio de Naucalpan, Estado de
México. En tarde muy soleada y calurosa, con ráfagas de viento intermitentes,
se lidiaron cuatro novillos de La Paz ante
media entrada. Fueron serios de presencia y con buen juego en términos
generales, aunque con sus complicaciones. Destacó el segundo de la tarde,
premiado con arrastre lento. Actuaron los siguientes novilleros: Francisco Martínez: oreja. José Sainz: vuelta al ruedo. Pedro Bilbao: silencio. Alejandro Moreno: ovación. En términos
generales, las cuadrillas tuvieron una tarde lucida, arrancando ovaciones
bregando, cerrando, y colocando los palos. Sin embargo sobresalieron de entre
todos los picadores Carlos Domínguez y
Daniel Morales. Saludó en
el tercio el ganadero Arturo Velázquez tras
arrastrarse el último novillo de la tarde. Alejandro Moreno fue atendido por el doctor Rafael Vázquez Bayod como consecuencia
de un “puntazo profundo en pantorrilla izquierda de una trayectoria de 10 cm”. Requirió
cirugía sin ser internado. La Florecita, un marco esplendoroso El
saldo de las dos novilladas celebradas en La
Florecita es, hasta el momento, de dos éxitos taurinos. Además de la
trascendencia de la reapertura de dicho escenario, era de primera importancia
que el espectáculo ofrecido correspondiera con la categoría y la tradición del
mismo. La presentación de encierros muy serios, la actuación de chavales
puestos, el lucimiento de las cuadrillas, el énfasis en el tercio de varas, y
el entorno inmejorable de la plaza conforman un marco esplendoroso. No
obstante, y a pesar del precio accesible de las entradas, no se han cubierto tres
cuartos del aforo en dos festejos. ¿Dónde está la afición, que llora el declive
de su fiesta tan amargamente? Aficionados: ¡Feria Toro está haciendo fiesta en La Florecita!
Seriedad en La Florecita En
esta ocasión se jugó un encierro de cuatro novillos de La Paz, serios y con
complicaciones. Retos formidables para novilleros con aspiraciones de crecer
taurinamente. Francisco Martínez sacó
el mejor partido de su novillo, llamado Montero
–n. 28, 400 kg.–. El guanajuatense se destapó como un torero muy completo,
pues cubrió los tres tercios con soltura y lucimiento. Destacó también su valor
a toda prueba, que se manifestó lo mismo exponiendo, que con su disposición en
la cara de la res en momentos de sumo peligro. Emocionó pues desde la ceñida
gaonera con la que remató sus caleserinas, continuando por el excelente par de
banderillas al relance, en el que cuarteó en la cara misma del animal.
La
faena de muleta tuvo dos partes muy marcadas, la primera con el novillo más o
menos fijo y empleándose. Ahí vinieron los momentos de más calidad de Martínez,
sobre todo por el lado derecho, ligando y llegando a los tendidos. Posteriormente,
Montero se tornó absolutamente andarín,
volviendo pronto y venciéndose. El joven coleta resolvió la papeleta con
firmeza y seguridad, logrando todavía pases en redondo, un poco sobre piernas,
pero siempre pudiéndole al burel. Siempre se colocó muy bien en la distancia adecuada,
aún a pesar de las dificultades. Terminó con bernadinas de mucho efecto, ya con
muchos trabajos para que el utrero pasara, y saliendo de una se tiró a matar. Dejó
tres cuartos de acero en buen sitio y cortó una oreja. Martínez, el triunfador indiscutible José Sainz, el
segundo espada, es desde ya un torero de concepto. Definido, claro, apuesta por
la largueza, por el temple, por ese momento estético que cala profundo en el
aficionado. Y no cabe duda de que lo logra, lo mismo con el capote que con la
muleta. Para muestra el manojo de naturales que le pegó a Campero –n. 47, 420 kg.–. Usa los vuelos de la muleta que usa, una
grande, con total conocimiento y exquisitez, conservando su estilo propio que
le vimos desde su presentación con caballos en Arroyo, pero con la impronta técnica
innegable del maestro Manolo Mejía.
El único
pero pasa por cierta frialdad que se paladeó en su actuación. Su desempeño técnico
es incuestionable, pero pareciera que le cuesta romperse, desbordarse,
estructurar una faena pasional, de figura y no de maestro. Así pues, la faena
transcurrió entre olés desgarrados, y prolongados silencios. En todo caso, lo
importante es que tenemos un torero de pellizco, cuyo proceso de maduración está
ya muy adelantado, y al que tarde o temprano le vendrá el mejor momento artístico.
Pinchó en par de ocasiones al mejor novillo de la tarde, antes de matarlo de
una estocada delantera y caída. Los restos de Campero fueron premiados con el arrastre lento, y Sáinz se dio una
vuelta al ruedo con algunas protestas. Así lleva las embestidas Sainz, toreando de aquí hasta allá De
Aguascalientes vino Pedro Bilbao, un
chaval que maneja el capote con mucha facilidad, sobre todo bregando y adornándose
con remates pintureros. No obstante su formación técnica, muestra todavía mucho
verdor, manifiesto en su poca capacidad expresiva. En un trasteó largo, pegó
muchos pases al soso pero repetidor Campesino
–n. 58, 420 kg.–, sin llegar demasiado a los tendidos. Optó por torear de
rodillas, sin mejorar su asunto. Mató de estocada apenas desprendida y escuchó
algunas palmas. Lo más destacado de la lidia fueron los puyazos de Carlos Domínguez, y el sorprendente
quite por chicuelinas del último espada.
Pedro Bilbao, con un largo camino por delante El
queretano Alejandro Moreno, como ya
afirmamos, dejó, para abrir boca, un quitazo por chicuelinas, rematado con
primorosa revolera cambiándose de mano. Con el de su lote, el mucho muy
rematado Maizero –n.44, 450 kg.–,
lució otra vez con detalles capoteros, y su quite por gaoneras. Sin duda se ganó
el favor del público con su arrojo y su entrega, con el carisma de aquel que
vuelve sin miramientos a la cara del toro, convencido de su vocación torera. No
obstante, su verdor fue notorio en el último tercio, en el que intentó torear
al hilo del pitón con la muleta retrasada, llevándose múltiples achuchones en
una labor poco ordenada, que el público observó con respeto. Manejó los aceros
con problemas antes de un certero descabello, y se despidió con una ovación de
lujo mientras caminaba hacia la puerta de cuadrillas.
Alejandro Montero, un torero que apenas brota El
próximo domingo 3 de junio, en punto de la una de la tarde, se lidiarán
novillos de Xajay, y partirán plaza Ricardo de Santiago, Roberto Román, Alejandro Fernández, y Cayetano
Delgado.
*Fotos del autor.
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