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Tarde entoldada amenazando lluvia que terminó de descargar sobre el ruedo venteño y los aficionados buscaron refugio sin encontrarlo, ya que la plaza, registró una magnifica entrada, D. Simón Casas está haciendo su agosto en pleno mes de mayo, que el cartel tenía interés no nos cabe duda, toros de Núñez del Cuvillo para el francés Juan Bautista, el extremeño Alejandro Talavante, que sustituía a Paco Ureña y el madrileño López Simón. Estos dos últimos y por primera vez de lo que va del ciclo, abrieron la Puerta Grande de la plaza madrileña, eso debe quedar anotado en esta crónica.
 Dos toreros a hombros, algo nada habitual Los toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados, con pitones, pero de distinta condición, eso sí aptos para la lidia, quizá un poco atacados de kilos, pero dando posibilidades para el triunfo. Talavante salido de madre cortando dos apéndices en un toro, López Simón recuperando su sitio y dos orejas, una y una al chaleco y la Puerta Grande para ambos.
 Bien Juan Bautista bajo el torrencial Juan Bautista muy por encima de su lote, bien pudo obtener algún trofeo, pero en su primero no acertó con las armas de muerte. Algo desangelado en su segundo porque el toro se defendía, luego se abrió el cielo y la lluvia se adueñó de la plaza, encharcando la arena, pese a las aguas, gustó el francés, teniendo una buena actuación, supo cogerle el aire al cuatreño estando en torero, lo malo fue el pinchazo de entrada con la tizona, pero luego mató recibiendo cayendo el cuatreño sin remedio.
 Talavante con el toro al que cortó las orejas El segundo de los cuvillos para Alejandro Talavante, en ese toro el extremeño se destapó, por ambos pitones, sacando pases de mucha valía, con ritmo y temple y la faena fue de menos a más y muy estructurada con mucha intensidad que pronto llegó a las gradas. Culminando su labor con un estoconazo, del que rodó sin puntilla el burel. La plaza se cubrió de blanco pidiendo los trofeos que sumaron dos, la Puerta Grande para el extremeño. Un tío era el quinto con muchos pitones por delante, pese a la lluvia Talavante toreó con verdad de esa que sí que llega al graderío al torear con esa cadencia por ambos pitones. El trofeo ya ganado lo emborronó al atragantarse las espadas.
 López Simón con la diestra Menos mal que parece que López Simón va recuperando sitio, que buenas fueron esas seis verónicas de saludo al cuvillo, que fue devuelto a los corrales por falta de coordinación, ante el tercero bis del Conde de Mayalde con un peso de 600 kilitos con cinco años de edad, no estuvo mal en el saludo capotero el torero de Barajas López Simón, tampoco estuvo mal con la muleta en sus manos, hizo bien las cosas toreando como hay que hacerlas, con buenas series por los dos pitones, pese al susto que nos dio al ser empitonado, menos mal que no pasó a mayores, le plantó cara al animal y su quehacer tomó ciertos vuelos, mucha decisión puso el chavea, pese a que acusaba la merma de sus condiciones, realizó una importante faena. Que al querer matar por derecho salió feamente volteado en el encuentro, pero la afición pidió insistentemente el trofeo, que el palco concedió. Muchos kilos le sobraban al jabonero sucio que cerraba la corrida. Pero no fue óbice para que el de Barajas utilizara el percal con mucha dignidad, así siguió con la sarga, en buen tono con ambas manos ligando pases con mucho contenido, que llegó muy pronto a los aficionados capitalinos; rubricó tan buena labor con una estocada hasta las cintas un pelín desprendida y el trofeo a sus manos. Acompañando así a su compañero Talavante por esa puerta tan soñada.
Mañana la tercera y última novillada de tan agotador ciclo con utreros de Fuente Ymbro. Es de esperar que los chavales vengan a reventar el cotarro.
Fotos: Plaza1
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