|
Dos faenas han marcado el contenido de la tarde y dan sentido a este apunte.
El protagonismo de la tarde ha estado repartido entre Talavante y López Simón que han logrado abrir la Puerta Grande de Las Ventas. Juan Bautista que corría, de veras, el riesgo de quedarse en convidado de piedra, se justificó en el cuarto de la tarde.
Talavante desorejó, por partida doble, a su primero con una faena estética, limpia y de buena estructura. Profundo fue el inicio por bajo, mandando en la embestida. Hubo firmeza y algunos naturales muy largos, casi circulares. No cabe duda que hoy se ha toreado más que ayer… bastante más, aunque hemos sentido que al trasteo le ha faltado emoción dentro de la pulcritud, la medida y lo bien rematado que ha estado. De la expresión sin ardor del torero, y la falta de aliño que aporta la fiereza del toro, resultó una faena un tanto lavada.
La otra faena de la tarde ha sido la de López Simón al tercero. En este caso si hubo emoción… a raudales. La faena fue a más, en momentos hubo temple y relajación, y, aunque un tanto trompicada y deslucida, estuvo bañada por un estado trágico, emotivo, de principio a fin. López Simón respondió con entereza a la situación de riesgo que ha vivido.
 Final feliz para dos, final feliz para muchos. Foto: Plaza1 Convengamos que: La emoción puntúa.
|
|