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Ayer informaba que a la salida de la corrida oí a varios aficionados, que si lo sé no vengo, hoy lo digo yo, si llego a imaginarme lo que sucedería hoy, tranquilamente me hubiera quedado sentadito en el sofá de mi casa, porque el petardo ganadero ha sido de esos de los de no te menees. Una tarde entoldada y con sirimiri a mediados y con un lleno hasta las banderas; el cartel valía la pena y los toros anunciados no digamos, los encartelados: nada menos que Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey, con los dulces toros bomboncitos de Victoriano del Río, -hay quien dé más-. Soporífero e inaguantable el encierro enviado por D. Victoriano, 6 mansos 6, los seis pitados en el arrastre, más que toros parecían novillos por sus trazas, muy justitos de todo y de bravura, lo que yo de obispo; me dirán, pero se cortó una oreja, ¡yo contestaría! Si a los mansos también se les puede cortar, pero cuando tienen delante un torero con dos testículos. Como ya es costumbre terminaré la ficha de los toritos con el peso medio que dieron en la romana 544 kilos. Con estas seis líneas es más que suficiente.
 Roca Rey, in extremis, cortó una oreja Hablemos de la oreja de hoy: un regalito era el sexto toro pero el de mayor peso, con pitones de toro, mirón e embistiendo con las manos por delante, aplaudido por su presencia de toro cuajado, eso sí, noble, perdonándole el resbalón delante sus pitones a Andrés Roca Rey. Inició labor el peruano en rayas por estatuarios rematando con pase cambiado y la primera ovación del festejo, luego con la diestra dos redondos largos e infinitos cambiando de mano, un forzado superior como remate, a más la faena con un circular invertido, aguantó estoico los arreones del manso, estando por encima de su oponente. Lo entregó al tiro de mulillas de una estocada en los rubios cayendo sin más, la plaza se llenó de albos pañuelos y D. Justo sacó el suyo otorgando la oreja. Lo sobresaliente en el primero de su lote, fue al saludar por verónicas mecidas con temple, vaya media verónica, las palmas echaban humo, con la roja muleta el inicio fue vibrante por las dos pedresinas, pero el burel se fue quedando corto, su quehacer no llegó a entusiasmar. En el primer envite con la espada pincha se resbala a la salida quedando a merced del animal que no hizo por él, para finalizar la suerte suprema tuvo que utilizar el de cruceta en dos ocasiones.
 Perera sin oponente Un toro (novillo) moribundo le tocó de entrada a Miguel Ángel Pereda; poco o casi nada pudo hacer el de La Puebla de Prior con ese material, las intenciones para sacarle algún pase potable no le faltaron, pero no tenía oponente dada su mansedumbre; simplemente lo pasaportó sin más dilación. Aparte de la mansedumbre de su lote, Perera estuvo difuminado en sus dos actuaciones.
 Talavante pasó sin pena ni gloria Algo parecido le sucedió a Alejandro Talavante, que siempre está animoso hoy le faltó justamente eso, puso voluntad quiso agradar pero esas buenas intenciones del de Badajoz quedaron frustradas ante tanta mansedumbre, palmas sonaron en algunos momentos de su quehacer, pero no tuvo oportunidad alguna para hacer su torero talavantino que tantos partidarios tiene.
Creo que con este corto resumen se harán una idea de cómo transcurrió tan esaborío festejo, con el que ya sumamos dieciséis, mañana llegaremos al ecuador de la feria, con el invento de la Corrida de la Cultura.
Hasta mañana pues.
Fotos: Muriel Feiner
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