Torero inicio de faena de Curro Díaz

Todos esperábamos que Curro Díaz destapara el tarro de las esencias, pero cuando no hay materia prima es imposible conjugar, el duende, el sentimiento, y el arte, incluso nos hizo pasar un susto en su primero al ser cogido de forma aparatosa al torear al natural eso sí contundente con la espada. En el cuarto faena farragosa, ya que se dejó su pellizco y arte en el armario de su casa de Linares. No estuvo mal a la hora de la suerte suprema al dejar media estocada arriba más un golpe de descabello a la primera.

Joselito Adame y el pase del desdén

Olés escuchó Joselito en el segundo del festejo, primero por esos estatuarios sin perder un paso, con la diestra tres pases poderosos, buenos también fueron los naturales, las manoletinas jugándose el tipo. Al matar se fue detrás de la espada cayendo un par de dedos desprendida. Hubo petición pero sin llegar a cuajar. El quinto toro de entrada fue protestado y con razón, pero el manito no se amilanó pese a no tener oponente y se inventó una faena de menos a más, estando muy pero muy por encima del manso animal, las palmas brotaron del corazón de la afición. Indiscutiblemente es un gran torero para tenerlo muy en cuenta, tras cada doblón, tras cada redondo, tras cada natural, las ovaciones eran continuas y los aficionados eran conscientes que el torero estaba delante de un manso pregonado. Finiquitó labor tan encomiable de un estoconazo del que el manso salió muerto sin puntilla. Oreja para el esportón del mejicano. Creo que es el trofeo de más peso de lo que va de feria.

Juan del Álamo con la diestra en el sexto

Otro manso era el tercero para el de Ciudad Rodrigo Juan del Álamo, pero el salmantino no dijo ni mu, deslavazado fue su quehacer; entró a matar en la suerte contraria dejando una estocada en buen sitio, el manso barbeó tablas doblando frente al tendido 5. Algo mejor y más centrado estuvo en el que cerró plaza, tanto a derechas como a izquierdas con pases de buena factura, hay que destacar que todo lo hizo en los medios, eso tiene mérito, el de Salamanca estuvo decoroso, pero menos con el alfanje que tras de escuchar un recado mando al otro mundo al mansurrón con cuatro golpes de descabello.