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Ficha del Festejo
Gris y plúmbea transcurría la tarde, hasta que saltó el sexto, un toro con 632 kilos sobre sus lomos, al que un torero de Despeñaperros pa bajo se jugó literalmente la vida toreando de verdad y sin trampa ni cartón, pudiendo con el marrajo sacándole pases, cada uno mejor que otro, me refiero al malagueño Fortes, al que por unanimidad los aficionados pidieron el trofeo, que no fue concedido, teniendo que dar dos vueltas al ruedo y apoteósicas. Cuando se viene a Madrid hay que ser consciente con el compromiso como lo ha hecho Fortes.
 Los blancos pañuelos y las miradas al palco, después la bronca El borrón estuvo a cargo del señor Presidente, que hurtó y robó la oreja meritoria que pedía el que paga de forma unánime; Señor Magán, según el reglamento vigente, la primera oreja es del público que pocas veces se equivoca, más aún esta tarde, en que el que se equivocó fue usted de cabo a rabo, por ello el broncazo que se llevó hoy que creo fue muy justo, para ejercer de Usía, hay que primero ser buen aficionado y luego conocer el reglamento de pe a pa.
Se lidió un encierro de los campos de Salamanca, con el hierro Pedraza de Yeltes y cómo no con procedencia Domecq Diez; con demasiadas carnes sobre sus osamentas que dio en la báscula una media de 626 kilos, cosa que no es buena, ya que con tanto peso se paran muy pronto y por ende les cuesta embestir y por ello el resultado de los seis ejemplares, cinco silenciados camino del desolladero, el único potable el cuarto que escuchó palmas en el arrastre, todos lucieron capa colorada.
Manuel Escribano ante el primero se limitó con el percal simplemente a recogerlo, eso sí el matador cumplió con el segundo tercio siendo ovacionado; poco o nada por ninguno de los dos pitones; lo despachó de un pinchazo, una estocada entera despendida y un certero descabello. Con su segundo se fue a recibirlo a la puerta de los sustos y a portagayola, lance que salió limpio, de pie excelentes verónicas y dos toreras medias de remate, palmas en los tendidos; nuevamente cumplió el sevillano con el segundo tercio, haciéndolo de poder a poder, ganándole la cara y de dentro a fuera sentado en el estribo, fuerte ovación. Inició faena con una pedresina, con la derecha los redondos tuvieron sabor, pese a los derrotes del burel, con la zocata apenas remontó. Con la espada, no estuvo con demasiado acierto, pero lo mandó a manos de los matarifes, creo que estuvo por debajo de las buenas condiciones del cuatreño, que fue el mejorcito del encierro.
Esaborío fue el toro segundo y falto de casta, Daniel Luque nada con el capote, con la sarga bien a derechas y con zocata, tres naturales de olé rematando con largo forzado, palmitas para el de Gerena, pero todo quedó ahí; fue una verdadera pena esa puñalada con la toledana para enviarlo al otro mundo. Nada con el capote le vimos a Daniel, como tampoco nada destacable con la franela, estuvo muy soso y desangelado, escuchando algunas protestas de los parroquianos. Tomó el estoque de verdad y dejó una estocada que bien acusó el animal.
Un bicho cercano a los 600 kilos fue el tercero para Fortes, que se limitó con la capa simplemente a recogerlo sin más trámites; en último tercio lo vimos tranquilo y asentado, la experiencia te da esa tranquilidad; bien toreó por ambos lados, por eso esas palmitas, pero poco acertado a la hora de pasaportar al primero de su lote. Lo mejor y bueno llegó en el sexto, cuando creíamos que todo se iba al garete, pero mira que saltó la liebre; el torero se fajó, no solo le echó valor sino también torería pero jugándose la vida, la labor fue a más llegando a todos los tendidos, ovación tras ovación, el público disfrutaba pero también el malagueño consciente de que había hecho lo mejor de la tarde y que el público estaba metido en la buchaca; lleno de felicidad se fue por la tizona, entró por derecho en la suerte contraria y dejó un espadazo del que salió muerto el cuatreño. Pañuelos blancos en todos los tendidos pidiendo el trofeo por unanimidad. Pero el Usía hizo oídos sordos a la petición de los aficionados. La bronca enorme y justa que se llevó D. José Magán fue de órdago a la grande. Fortes se vio obligado a dar dos vueltas al anillo y de forma apoteósica.
El mundo está lleno de injusticias y hoy cayó en la Plaza de Las Ventas
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