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Puebla, tercera corrida de feria. Plaza de toros El Relicario que lució media entrada.
Toros de Marco Garfias, Justos de presencia, (justos quiere decir que estaban en el límite aprobatorio de trapío). Mansos pero no bobos, complicados, pusieron a prueba a los toreros.
Juan José Padilla: Palmas y vuelta al ruedo.
Uriel Moreno El Zapata: Dos avisos, silencio y al tercio.
Arturo Saldívar: Pitiza y palmas.
Pertinaz lluvia durante la lidia de los dos primeros toros.
 El público se le entregó al Torero Pirata, al Ciclón Jerezano Mansa resultó la corrida de Marco Garfias que se lidió en la tercera corrida del serial poblano en El Relicario. Juan José Padilla dio una vuelta al ruedo, El Zapata una salida al tercio y Arturo Saldívar no quiso ver a su primero y fue bronqueado, bellas verónicas a su segundo. Prácticamente se llenó la mitad del aforo.
Sin estar sobrados de trapío, se puede decir que el ganadero cumplió en cuanto a presencia con sus toros, por lo que respecta a bravura si fallaron todos excepto el sexto que peleó en varas, en banderillas puso en aprietos a Fernando López, apenitas duró en la muleta y a falta de fuerza terminó defendiéndose; sin embargo, no fueron bureles bobos había peligro en el ruedo, los diestros sudaron el terno.
 Padilla El español Padilla es un torero querido y admirado por el público, le festejan todo. Su segundo, que brincó al callejón, huía después de cada muletazo, el español lo sujetaba como podía; hubo toreo de rodillas, muletazos bajos por ambos lados, sino llenos de arte sí de una entrega total del torero que así les responde a sus seguidores. Se puso pesado con la toledana y le sonaron un aviso; dio una emotiva vuelta al ruedo. Banderilleó sus dos toros. Nada digno de comentar de su primero.
 El Zapata Uriel Moreno El Zapata tuvo sus mejores momentos con el quinto, otro huidizo al que el diestro sujetó, logró algunos buenos muletazos, molinetes de rodillas, lo que fuera para tener atenta a la gente, por pinchar sólo salió al tercio. Con su primero no pasó nada, sólo que le sonaron dos avisos. Banderilleó su lote.
 Saldívar Saldívar le cogió asco a su primero, mandó al picador Héctor Eduardo Delgado a que lo medio matara en varas, con la muleta le espantó las moscas y siempre lejos del cornúpeta. A su segundo le dio los mejores lances de la feria, en seguida el toro se arrancó y el varilarguero Juan Pablo González le echó valor; parecía que el toro aguantaría en el último tercio, pero a las primeras de cambio se quedó sin fuerza.
Fotos: Juan Ángel Sainos.
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